Las oenegés de Córdoba avisan de un otoño «muy complicado» por la demanda de ayuda

Esta toma de temperatura entre nombres propios de la solidaridad, arranca por Prolibertas. Allí, su director, Eduardo García , confiesa que ahora «tenemos una gran incertidumbre como todas las entidades sociales. Sabemos que la demanda va a crecer, pero desconocemos cuánto». El comedor de su Fundación está dando actualmente en torno a 130 comidas diarias , más unas 100 personas que atienden cada semana. «Suponemos que esos números van a ir a más, porque esto acaba de empezar», vaticina.

Con una mayor demanda de recursos asistenciales, Prolibertas necesitará más financiación . Las empresas que colaboran y las donaciones han aumentado, como suele ocurrir en época de crisis, pero García recuerda que «no sabemos la financiación pública que vamos a tener para 2021». Al igual que otras oenegés, compiten por las subvenciones municipales , de modo que no tienen garantizados esos ingresos. «Eso nos genera una gran incertidumbre, porque el personal contratado depende de ese dinero», asegura el director de Prolibertas.

De cara al otoño próximo, incide en que la crisis se agravará . Además, está siendo más dura que la que se desató en 2008 y 2009, «porque los números así lo dicen». Prolibertas ya notó un aumento de la demanda en octubre del año pasado, por motivos que desconoce, y «sigue subiendo», con la actual recesión. Hasta el año pasado daban unas 70 u 80 comidas diarias, que ahora son en torno a 130. Prolibertas ha tenido que poner doble turno en el comedor para cubrir toda la demanda.

Cambiar de oenegé es sólo hacerlo de interlocutor, porque el relato en Cáritas Diocesana de Córdoba es similar al de Prolibertas. Su secretaria general, Laly Ramírez , recuerda que «durante el periodo del confinamiento, como ya hemos comentado, tuvimos de pronto una avalancha tremenda , sobre todo para cubrir las necesidades básicas en la primera hora de dicho confinamiento». En esos momentos, se triplicó el número de familias que pedían ayudas, sobre todo para alimentación y suministros básicos

Muchas de ellas eran familias que acudían por primera vez a esta onegé de la Iglesia. Eran, cuenta Ramírez, trabajadores de sectores como la hostelería o la ayuda a domicilio que, antes de las crisis económica del Covid, ganaban poco pero «se mantenían». Al perder sus empleos, no podían ni cubrir sus necesidades básicas.

Cáritas vaticina, de cara a este otoño, que « habrá mas necesidad » que cubrir, por lo que «necesitamos que las administraciones nos echen una mano». La sociedad civil, como cada vez que hay una situación de este tipo, «ha respondido y pensamos que seguirá haciéndolo», termina Ramírez.

En la Cruz Roja de Córdoba , se repiten los anteriores ejes argumentales: la asistencia se ha disparado y los próximos meses no se atisba una tregua. Su portavoz, José Luis Hitos , explica que las peticiones de ayuda por parte de las familias cordobesas se han sextuplicado entre enero y julio.

De cara al otoño, en esta oenegé, auguran que «la situación seguirá siendo muy complicada». «Las cosas no van a ser fáciles para muchas familias durante un tiempo», sostiene Hitos, quien explica que «intensificarán nuestra intervención desde “Cruz Roja Responde” , el plan que activamos a nivel nacional». Con ese programa, ahonda, ya hace meses que se han superado los dos millones de familias beneficiarias y se ha prolongado hasta final de año.

Además de cubrir las necesidades básicas de la población que acude a esta oenegé, explica Hitos, se «hará hincapié en el plan de empleo ». «Haremos un esfuerzo para ayudar a los cordobeses en unos momentos en los que la situación en el ámbito laboral es más que complicada», avanza.

Eso es lo que van a hacer. A lo que se enfrentan ya en Cruz Roja Córdoba es a que las peticiones de ayudas no han parado. «Son incesantes», indica su portavoz, para añadir que «todos los días por teléfono, web y las redes sociales recibimos solicitudes». «Y no hay para cubrir las necesidades de tantas personas», expone Hitos, que explica cómo operan tras dispararse la demanda de asistencia: «Las atendemos priorizando los casos, ya sea porque vienen derivados de Servicios Sociales o según la valoración de su situación que se hace aquí».

Lo que piden las personas que acuden a Cruz Roja se centra en dinero para alimentos o comida directamente, material escolar , vestuario y el pago de las facturas de suministros. Además de tratar de cubrir estas demandas, en esta oenegé orientan a las personas sobre los recursos sociales que están a su alcance, como el Ingreso Mínimo Vital del Gobierno central.

Hitos finaliza destacando que la campaña «Cruz Roja Responde» ha logrado la cooperación de distintas entidades financieras, empresas y particulares. Además, quiso poner en valor la labor que realizan sus voluntarios , que superan los 4.000 en la provincia.

El recorrido por estas reconocidas oenegés que trabajan en Córdoba concluye en el Banco de Alimentos . Su presidente, Carlos Eslava , alerta, cara a los próximos meses, de que «la situación se presenta muy complicada. «El futuro no pinta nada bien».

En cuanto a la comida que gestiona Banco de Alimentos directamente (la que obtiene con medios propios, con donaciones o ayudas económicas que recibe), las cifras que da su máximo responsable reflejan el impacto de la crisis en la sociedad cordobesa. En el primer trimestre, entregó unos 60.000 kilos de alimentos al mes y ahora están en 300.000 kilos al mes . Este año, añade, han recibido la petición de ayuda de «unas 41.000 personas y el pasado fueron 25.000». «La sociedad cordobesa es muy generosa. Ahora tenemos remanente, para este mes y parte de octubre. Pero aún estamos a la espera de la subvención de 50.000 euros del Consistorio », explica Eslava. Avisa de que, si llegara otro confinamiento, que, por ejemplo, dejó sin ingresos a quienes trabajan en la economía sumergida, «no estamos preparados para una contingencia así».

Eslava expone un último problema que sufren por el programa de alimentos que les llega de la UE . Empezarán a recibirlos la semana que viene para repartir en octubre 500.000 kilos de comida . Esos alimentos, explica el máximo responsable de esta oenegé, tienen «nombres y apellidos. Van a personas evaluadas por trabajadores sociales; por ello, tienen destinatarios».

El « grave problema » que les surge es que los trabajadores sociales están «hasta arriba y no pueden hacer ahora evaluaciones y esos informes caducan al año». «Entonces, ¿qué sucederá cara a próximas ayudas? Que muchos expedientes pueden caducar y habrá personas que se queden sin los alimentos de la UE», sentencia.