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PRETÉRITO IMPERFECTO

La Mezquita, al juzgado

A estas alturas del fatigoso culebrón, lo mejor sería ir a un juez y acabar con el ruido

Isabel Ambrosio, delante de Mayor Zaragoza y a miembros de la comisión municipal ROLDÁN SERRANO
Francisco Poyato

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A estas alturas, lo mejor que puede pasar en este infumable culebrón de la Mezquita-Catedral de Córdoba es que termine ante el juez. Que la charanga que lleva cinco años haciendo ruido acredite a su señoría la propiedad que reclama y no ... pase la carga de la prueba a quien acusa de ladrón. Que empecemos a retratarnos de verdad. Que todas las certezas históricas (?) expuestas en este informe panfletario conocido ayer, sean documentadas y probadas ante un togado y salgan así del terreno de la conjetura, la insinuación, la deducción infundada, la simplicidad sin rigor, el sectarismo y el relato de parte o la posverdad política que un señor condecorado tres veces por Franco ( Mayor Zaragoza ) y una señora que refería en su currículum un magisterio del que carece ( Ambrosio ) nos presentaron ayer en la Casa Capitular de Córdoba, la de todos los cordobeses, para mayor escarnio. Si quieren un ejemplo de lo que será la Comisión de la Verdad anunciada por el gobierno del doctor Sánchez, lean detenidamente los escasos veinte folios que la supuesta comisión de expertos ha redactado para alegar que el Cabildo Catedral nunca fue dueño de la Mezquita-Catedral. O que Fernando III tiraba a laicista, que lo único que los canónigos han hecho en ocho siglos ha sido dar misas y quedarse con todo, que el concejo (antes) y ahora Ayuntamiento ha tenido siempre una honda preocupación por este monumento... como los cordobeses, que nunca existió la basílica de San Vicente como peldaño histórico anterior; que el primer Estado en ser dueño y señor fue el Omeya y siendo indulgentes la Corona de Castilla después —no estaría de más que un fondo catarí tomara cartas en el asunto—. Que desde 1236 hasta 1975 todo el mundo sabía que era pública y del Estado (?), o que el recinto tiene «graves carencias» como hace 90 años... Un relato histórico para una editorial del partido, una tesis doctoral para que el Gobierno bonito y plagiador siga con el circo y un argumentario jurídico que tergiversa y omite realidades y principios. Diríase que hasta resultaría ofensivo para todo lego en la materia, que puede que no aguantara su lectura hasta el último folio. Un informe sobre la titularidad de un bien sin ningún jurista entre los firmantes. Un informe sobre patrimonio sin ningún arquitecto bajo rúbrica...

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