Ana Menéndez: «La clave del éxito es la autenticidad»

Ana Menéndez (Córdoba, 1983) ha luchado contra los elementos para hacerse un hueco en la capital universal de la industria cinematográfica. Acaba de regresar a Córdoba para ofrecer un taller sobre las claves del éxito en la UCO . Son las 10 de una calurosa mañana en la Corredera. Y la joven productora, en la distancia corta, es pura energía.

35 años y un currículo abrumador. ¿De dónde saca la dinamita?

Le revelaré una intimidad. Cuando nací estuve a punto de morirme. Al mes dejé de digerir la leche de mi madre. Estuve dos meses en la UVI. No sabían qué tenía. Me moría. Me llevaron a un pediatra famoso en Suiza y descubrió que si me alimentaban como a una enferma celíaca mi cuerpo reaccionaba. Desde ese momento, he tenido unas ganas de vivir increíbles.

Y Miss Dynamita es su nombre de guerra.

Sí. En la Universidad me llamaban «Anita Dinamita». Cuando llegué a EE. UU. y lancé la productora me pregunté cómo la llamaba. Y me dije: «¡Dynamita Productions!»

Quería ser periodista . Presentadora de informativos. Se matriculó en la Universidad de Navarra en Comunicación Audiovisual y, paradojas de la vida, suspendió la asignatura de perfil más periodístico. Su primer trabajo, ya en Madrid, fue en el programa «Ankawa», presentado por Bertín Osborne. Luego se enroló en Libertad Digital TV como redactora y allí ya verificó que el periodismo no era lo suyo. Su siguiente etapa fue en Londres y de la capital británica dio el salto a Los Ángeles para hacer un máster de producción de cine y televisión en la New York Film Academy.

Porque es la meca del cine. Si yo triunfo en EE.UU., triunfo en todo el mundo.

Usted quiere triunfar.

Yo ya he triunfado porque estoy cumpliendo mi sueño.

¿En Hollywood es oro todo lo que reluce?

No. Hollywood es muy difícil. La ciudad más difícil donde he vivido. Hay mucha gente que no la aguanta.

Difícil por la competitividad

No. Difícil por la soledad. Una ciudad muy solitaria. Las distancias son muy grandes y para nosotros, los andaluces, que somos de sangre caliente y nos gusta estar con nuestra gente, es una ciudad que te enfría el corazón.

Y ese es el precio que está pagando por el éxito.

Sí, pero tuve la suerte de crear mi familia allí. Tengo amigos desde hace diez años. Gente que es de Los Ángeles y no está involucrada en la industria del entretenimiento. Hay mucha gente que llega y se va. Y otros nos hemos quedado y aguantamos como jabatos.

Ha trabajado usted para Sony, Warner, EMI, Mediaset o RTVE, y ha dirigido a Pau Gasol, Elsa Pataky, Gloria Trevi, Pablo Alborán o Luz Casal. ¿Dónde está el truco?

La clave del éxito está en la autenticidad. Nuestra industria es un balance perfecto entre quién eres como artista, cuál es tu misión y qué te hace único, para ponerlo todo ello al servicio de un equipo. El éxito para mí es levantarme cada mañana y seguir viviendo mi sueño. Llegué con dos maletas llenas de sueños y sin conocer a nadie.

Sus videoclips tienen más de 200 millones de visitas en You Tube. ¿Cuál es la marca Miss Dynamita?

Esos son los 14 videoclips que hice en 2015 para Gloria Trevi. Es una locura. Alucinante. Mi marca es una muy alta calidad de producción al menor precio. Por eso me siguen llamando.

¿Y usted qué es: artista o conseguidora?

Qué buena pregunta. Yo creo que soy las dos cosas. Soy artista. Necesito un escenario. Pero también me encanta ponerme retos. Y en los últimos años siempre he estado por detrás de la cámara. Ahora voy a volver al escenario.

¿Qué hay en EE.UU. que falte en Europa?

Diversidad. Una de mis cosas favoritas de Los Ángeles es la diversidad cultural. Lo cosmopolita que es.

Y la multiculturalidad funciona.

Muchísimo. Mire: EE.UU. es un país racista. Cuando me apunté al máster me llegó la aplicación. En la segunda página había una lista de 28 razas y me decían: «Elige tu raza». Tuve una crisis de identidad. ¿Yo qué soy? Ellos no me consideran blanca. Me consideran hispana.

¿Y los hispanos son ciudadanos de segunda categoría?

Yo no me siento así. Cuando le dices que eres europea todo cambia.

No es lo mismo ser hispana europea que suramericana.

Por supuesto. No lo es. Es triste. En un país con tanta multiculturalidad.

¿Y cómo puede ser racista un país construido por inmigrantes?

Pues sí que lo son. Es muy curioso. Están obsesionados con categorizar todo. Aunque mi industria es más liberal y abierta de mente que otras zonas de EE.UU. Quiero mucho a los americanos y estoy agradecida, pero son de categorizar todo. Sienten esa necesidad de control.

¿Y qué hay en Europa que falte en EE.UU.?

La cultura. Andar por la calle y respirar historia. Y en Europa sabemos vivir. En EE.UU. saben trabajar.

¿Usted qué prefiere?

Yo quiero vivir trabajando.

¿En la meca del cine todo tiene un precio?

Sí. Yo sacrifiqué la mitad de mis veinte años para conseguir un sueño. Para tener una productora y estar donde estoy. A mí me encanta mi trabajo. Y después de 11 años y medio quiero vivir más. O trabajar más inteligentemente.

¿Donald Trump es un accidente o la norma?

Donald Trump es un imbécil. Y eso lo puede poner en la entrevista. Es un narcisista. No se preocupa por la gente, solo por las empresas. Está haciendo cambios que afectan a muchos niveles: de inmigración, de tasas. Todas las familias de clase media están fastidiadas por las tasas. Han quitado deducciones para dárselas a las grandes empresas.

La gente lo vota.

California no. Trump ha levantado una revolución social. Hay una agresividad que da miedo. Yo no soy partidaria de la violencia. Me gusta luchar por la igualdad, la diversidad y la paz. Creo en el aldea global y la tecnología es un arma muy poderosa para conectarnos todos y crear un mundo mejor.

Primero puso el dedo sobre los afroamericanos, luego sobre los musulmanes y, más tarde, sobre los mexicanos. ¿Ha puesto usted ya sus barbas a remojar?

Yo creo que Trump es perro ladrador, poco mordedor. Pero levanta agresividad en los sectores más radicales. Eso sí me da miedo.

¿Sigue teniendo sueños en el interior de su maleta?

Muchísimos.

¿Y dónde pondrá su próxima dinamita?

Tengo un proyecto dedicado a mi padre, que falleció en febrero. Era notario pero era músico de corazón. Preparo un proyecto global, que tardaré cinco años en realizar. Será un evento en los cinco continentes. Un movimiento que apoye la igualdad, la diversidad y la paz.

Usted sueña siempre a lo grande.

Hay que soñar con alcanzar las estrellas. Si no las alcanzas, al menos te caes en la luna.