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José Javier Amoros - Pasar el rato

Leer en Córdoba

Habría que pensar en una librería con una barra al fondo

Falta mucho para que haya en Córdoba más librerías que tabernas . Pero ya empezamos a tener libros suficientes para acompañar tantas copas. Algunas tabernas son como libros conversados, y resultan más amenas y formativas que tantos escritores pedantes y pelmas. No hay que ... sobrevalorar ni la librería ni la taberna. Cada una tiene su momento, también para abandonarlas. Si nos pasamos de medida con los libros o con las copas, la vida pierde interés, porque la vivimos por sustitución. Alardear de que se lee un libro diario o se trasiega una botella diaria es presunción de cursis y de gañanes. A uno no le parece menos tonto el lector compulsivo que el bebedor compulsivo. Lo que importa es la selección, lo importante es el criterio. Saber leer y saber beber. La lectura, como la bebida, se administra en las dosis adecuadas y con productos de calidad reconocida. No hay que leer ni beber cualquier cosa y de cualquier manera. Por los clásicos sabemos que no hay que leer muchos libros, sino muchas veces el mismo libro. ¿Cómo va uno a leer a Rosa Montero o a Ildefonso Falcones , teniendo todavía pendientes tantas lecturas de Dostoievski, de Shakespeare, de Cervantes, de Kant?

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