Gerardo Olivares: «Con el Parque Figueroa de Córdoba conseguimos una unidad urbanística muy completa»

En una entrevista concedida a este periódico, el profesional recalca que lo novedoso del enclave fue que era «una urbanización cómoda en la que no entraban los coches, que se quedaban en en la periferia, y cuyas viviendas estaban orientadas hacia las zonas comunes», como por ejemplo al club deportivo, a la iglesia o al cine Almirante, desde hace décadas en desuso, que tenía novecientas plazas y «en el que Sánchez Ramade, que fue quien se hizo cargo de él, proyectó películas para el gran público a un precio asequible».

Una fuente de información pertinente sobre la historia del Parque Figueroa es el libro «Gerardo Olivares James. Arquitecto», editado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Córdoba en 2009, y que asegura que «el polígono residencial del Parque Figueroa puede entenderse como uno de los postreros y más eminentes ejemplos de núcleo urbano aislado diseñado desde la autosuficiencia, que tanto se había ensayado en España a través de la labor del Instituto Nacional de Colonización con la creación de pueblo ex novo». Este texto añade que «el Figueroa, tanto por su condición de núcleo satélite y autosuficiente como por su radical esquema y rígida geometría urbana, remite a las investigaciones propias de los primeros momentos de las vanguardias arquitectónicas del primer tercio del siglo XX; una configuración lineal, y por tanto, ampliable (en su estado más primigenio), donde a un esternón central de equipamientos lo rodean a ambos lados unas costillas de edificios residenciales longitudinales, paralelos entre sí y orientados Este-Oeste».

El arquitecto Gerardo Olivares resalta en este sentido que la importancia del Parque Figuera quedó clara desde el principio, pero que lo consagró la inclusión en la «Historia de Andalucía» que publicó en 1980 Antonio Domínguez Ortiz. En ese libro aseguraba que el enclave cordobés era un ejemplo notable del urbanismo moderno por su carácter autosuficiente.