Mienta ruina

Más de once millones de euros de deudas cuantificadas -y una nebulosa por contar de aquí te espero- y unos trazos de despilfarro y mangancia sin apenas parangón. A día de hoy, con todo lo sabido (y lo que queda por saber), con todo lo que ha destapado este periódico en las tripas malolientes blanquiverdes , ocho mil personas se sacan un carné de abonado sin certeza alguna de que la pandemia les deje entrar al Arcángel y con el estómago de acero frente a un historial de atracones. Tal vez con la única esperanza de que la actual propuesta del fondo soberano bareiní, maniatada, por ahora, entre tribunales y dudas federativas (aunque con buenos padrinos para bautizarse), sea el último rayo de luz que les queda como cordobesistas. Aunque hemos escuchado tantos cantos de sirena...La lista morosa destila ese aire chulesco con fragancia matonil de supuesto nuevo rico y mal pagador que ha venido tiñendo el trono del estadio ribereño.

Al que, por cierto, no le han faltado los ojitos políticos que de manera torpe iban al bulto del escaparate populista de las gradas y los votos mientras alimentaban a los tigres que acabaron comiéndose hasta los cables de la luz en la misma casa de todos los cordobeses. En la cola de las deudas de Carlos González y Jesús León hay desde reponedores de bebidas, discotecas señeras de esta ciudad, compinches engominados , prestamistas de bajos fondos, fotocopistas, árbitros, suministradores de luz y agua, empresas de camisetas, abogados que se creyeron los reyes del mambo, comisionistas, jugadores, representantes, el fisco, transportistas, azafatas, albañiles, intermediarios, notarios o agencias de viajes.... ¿le pagaron a alguien? Sin olvidar las irregularidades que en este tiempo se han destapado por los administradores concursales sobre las retribuciones de los altos dignatarios (¿) blanquiverdes y sus caprichos con tarjeta oro . Y todo ello, en los años en los que se dijo que el Córdoba CF alcanzó el cenit con un ascenso a Primera (que sólo en un año dejó 18 millones de euros en derechos televisivos ) que iba a servir de revulsivo económico para la ciudad (ahora pueden reír), y lo que ha dejado ha sido un boquete de considerables dimensiones. Aunque esta sociedad (Córdoba CF SAD) es ahora mismo un cascarón repleto de ruina, uno de sus mutiladores aspira aún a llevarse a la boca la última tajada en el resquicio que la Federación Española de Fútbol ha dejado para la inscripción en Segunda B. Es lo que tienen las aves carroñeras, que apuran el cadáver haciendo hasta hendiduras en el hueso. El ente federativo, que pronto entrará en elecciones, teme más al precedente que la operación de Infinity supone para el fútbol español que quién sea el heredero de tanto despropósito . I nscribir a una sociedad invalidada jurídicamente, repleta de acreedores (más de trescientos) y deudas millonarias , incursa en una telaraña judicial de largo recorrido y con la supuesta propiedad también en el banquillo de los acusados no parece lo más sensato ni razonable. Aunque ya en el fútbol, todo es posible.