LA CERA QUE ARDE
El estado de ánimo
La Cabalgata de Reyes es un elemento político de primer orden
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Iniciar sesiónLas cabalgatas de Reyes Magos reflejan un estado de ánimo, o varios a la vez: el de los niños, el de los adultos, el de la ciudad, el ayuntamiento titular y el de El Corte Inglés . Este año me propuse no asistir ... al desfile y así me ahorraba este alarde de originalidad post navideña que es escribir del asunto. No lo puede evitar, allá que me fui al chimeneón, cerca de una sucursal bancaria por la que profeso querencia. Bueno, es mutua la querencia y el tipo de interés. Aunque había leído algunos comentarios por redes sociales , intenté hacer un ejercicio de abstracción y ponerme con ojos de niño a ver la cosa, algo absolutamente imposible -la mirada infantil - cuando uno ya tiene varias firmas en la entidad bancaria anteriormente mencionada. La música disco del inicio de la parada («Hot stuff» de Donna Summer) me colocó en modo Tony Manero temiéndome lo peor. No me equivoqué.
La primera impresión chunga no fueron Los Increíbles o los avioncitos de no sé qué peli, sino la Cultura. La «curtura», en realidad. Tuve que ajustarme los progresivos para leer el texto de un supuesto libro que desfilaba camino de Belén , y que decía que la educación era la herramienta más poderosa para el patatín y el patatán, porque ya no pude leer más. Las dioptrías junto con las minicarrozas hacen mala combinación. He estado en conciertos de garitos innombrables con mejor puesta en escena, palabrita. Y mientras trataba de leer lo del librito con luces me quedé loco con la sirena del coche de bomberos que le seguía, con bomberos y bomberas cabezudos y cabezudas de género y de génera. Por si hay un fuego en el Portal.
De vez en cuando tiraban caramelos, bolsas de gusanitos y creo que mandarinas , cuya cáscara alguna gente utiliza para fumar y colocarse, y así llegan a ver al Dragón Chino. Y sí, allí estaba el Dragón Chino caminito de Belén . No sé si antes o después del autobús del Botánico, que en realidad fue lo que más me impactó. Lo de dentro del vehículo parecía plantas, un autobús que a mí me pareció de surfistas californianos de los 60 . De hecho, me entraron ganas de fumarme un canuto, pero recordé inmediatamente que ni estaba en la Corredera ni yo fumo de eso. El abeto central de todo un botánico era en realidad un mojón navideño con una ristra de luces de los chinos . Preciso que «mojón» es un elemento indicador que señala altura o distancias. Éste señalaba poco porque era amohinado y triste sin poder llevarse un gálibo a las coníferas. Hasta ese momento -parte A de la Cabalgata- todo fue transversal, educativo, formativo, y chino . Se hizo la luz y apareció El Corte Inglés con Melchor a la cabeza, con osos polares y neones estupendos. Podría ser una magnífica metáfora de lo que supone la empresa/iniciativa privada frente a lo público . De hecho, lo es. Ya no llegué a Baltasar porque estaba desintoxicándome del cannabis del autobús de los rastafaris. Pero creo que ponía en la carroza « Baltasar », un detalle para los niños de la Logse.
Unos minutos más tarde, José María Bellido , edil popular de la oposición municipal, anunciaba en su cuenta de tuiter que cuando él sea alcalde se podrán ver cabalgatas de Reyes más perita. Lo cual demuestra que esta entrañable cita invernal es un elemento político de primer orden y que el estado de ánimo del señor Bellido es el del optimismo.
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