La escultura de Belmonte, del monumento a la edición de bolsillo en Córdoba

En ‘Menos es más ’, que es como se titula la exposición, José Manuel Belmonte ha querido responder a una demanda que le hacían las personas que visitaban su taller o conocían su obra: las piezas les interesarían si tuvieran menor tamaño, para las casas que mucha gente tiene en este tiempo. Y también a un coste algo más asequible, aunque están hechas en bronce y son originales de su autor.

De esa inquietud nació la exposición , que recorre en formatos pequeños el trabajo del escultor cordobés en las últimas décadas, aunque sin que falten también creaciones nuevas. Al espectador lo reciben en primer lugar tres obras de tamaño natural, de la serie ‘ Custodios ’, en que refleja a divinidades antiguas que ejercieron de protectoras. Apartir de ahí se descienden las escaleras y se encuentra una versión nueva del autor, que ha elaborado reproducciones más pequeñas de sus obras.

En la colección hay series que acaba de empezar, como ‘Ópera’, y que refleja en poliéster a dos personajes que protagonizan reconocidos títulos: ‘Madame Butterfly ’, que aparece con mariposas de metal, y ‘ Nabucco ’, con el atuendo tradicional del Medio Oriente. José Manuel Belmonte trae a Córdoba una técnica muy clásica en la escultura, pero no demasiado practicada de hoy: el relieve. Lo hace en la serie ‘El cuerpo del pecado ’, que aborda este tema, pero lo hace en clave simbólica, a través de un elemento concreto.

Se trata de la manzana , la representación de la fruta del árbol del Génesis , que se muestra en todas las piezas de esta serie, sea en el momento de caer o bien en la tentación, como pasa en la obra ‘La invitación ’. También es novedad la serie ‘Armonía de las esferas ’, en que el autor cordobés se basa en la teoría de que el movimiento de los planetas en el espacio provoca rozamientos entre sí que pueden ser musicales. En sus obras, los planetas son pequeños juegos de esferas que están en las manos humanos, siempre presentes en sus obras.

La exposición abunda sobre todo en obras reducidas de series que ya conocen quienes han seguido la obra de José Manuel Belmonte . Así pasa por ejemplo con ‘Hombre pájaro’ , una de las más clásicas, en que los seres humanos quieren imitar a los que pueden volar, o con ‘Anatomía del alma ’, en que el cuerpo humano se pone al servicio de flexiones y cortonsiones en que se busca la armonía .

Están las figuras en un equilibrio horizontal que sería inestable de no ser por la escultural, o ‘El recreo de los ausentes ’, en que aparece otro de los iconos del escultor, que es el hombre que juega al ajedrez sobre un tablero que está suspendido en el aire. Ahora la escultura monumental es una pieza de poco más de cuarenta centímetros que puede acabar en casa de cualquier amante del arte.

Para el proceso, el autor ha trabajado en polímero, en que ha reducido la obra original para después hacer la obra en el bronce , el material en que se pueden admirar casi todas las esculturas. Eso en la mayoría, porque en otras ha optado por moldearlas gracias a un escáner y a una impresora 3-D para conseguir el tamaño que se desea, aunque con todas las características de la de mayor tamaño.

Así están las piezas de la serie ‘ Custodios ’, como la dedicada a Hades o el pie de Mercurio , en que sólo se muestra la extremidad del personaje con las alas con que siempre se le plasmó.

La exposición, que se pudo ver antes en La Coruña con éxito de crítica y de público, termina con la obra ‘El niño que miraba el mar ’, un relieve que rinde homenaje al cantante y artista Luis Eduardo Aute, con el título de una de sus canciones, cierra la muestra, que se podrá visitar hasta el próximo 24 de junio de 2022 .