El año electoral en Córdoba y la carrera del humo

En los últimos meses el cogobierno se ha lanzado a vender proyectos de los que, si las elecciones resultan no serles favorables, no verán el final. En algunos casos, tampoco el principio. El respaldo municipal al proyecto en el Cordel de Écija , una iniciativa privada de la que la alcaldesa Isabel Ambrosio ha querido colgarse para vederla como propia, es un ejemplo de esta «carrera del humo» que suele preceder a una convocatoria electoral. Ese nuevo barrio con el que el Consistorio se ha comprometido requiere para materializarse de una serie de cambios de ordenación urbanística que no auguran precisamente celeridad.

En anteriores capítulos de la vida municipal, asuntos que ya estaban pendientes cuando el mandato comenzó se eternizaban sin avances. Pero en los episodios previos al fin de temporada electoral suceden giros argumentales impredecibles, como la licitación de una obra (más bien, una anti-obra) que llevaba más de un año atascada: el derribo del Pabellón de la Juventud en el Distrito Sur . Difícilmente verá el actual cogobierno de PSOE e IU tal y como lo conocemos los escombros que deje tras de sí la bola de demolición. Con los plazos habituales de contratación no será hasta mediados de marzo cuando se adjudique la operación a la empresa que presente mejor oferta.

También en el ámbito deportivo, y en la misma zona de la ciudad (no hay que perder de vista que el Distrito Sur es un votante tradicional del PSOE), el Ayuntamiento de Córdoba le ha subido la temperatura de coción a otro proyecto para el que los tiempos se dilataban ante la perplejidad de los vecinos. Se trata del estadio de San Eulogio , para el que el gobierno ha cerrado un acuerdo con Cajasur (dueña de San Eulogio ) y Grucal (propiedad de Jesús León, mandatario del Córdoba CF) para convertir la vetusta instalación deportiva en una superficie comercial y hostelera con campo de fútbol. El acuerdo que se acaba de firmar incluye un plazo de seis meses para estudiar la viabilidad del proyecto. Es decir, que las elecciones llegarán y pasarán con el estadio tal y como está ahora.

Como quiera que el mes de mayo, con sus flores y sus papeletas, está a la vuelta de la esquina, la principal fuerza del gobierno (como el resto de partidos políticos) quiere aparecer en los medios más que nunca. Y a ser posible junto a titulares que hablen de progreso, innovación, recuperación, ciudad, futuro. También demostrando actitudes combativas con las otras administraciones, que nunca dan a Córdoba lo que Córdoba merece. Desde finales del año pasado, « la alcaldesa reclama », «la alcaldesa denuncia» y «la alcaldesa exige» con una vehemencia que no solía caracterizar a la alcaldesa Ambrosio, con un perfil más dado a los mensajes de diálogo y consenso, a la comisión y el entendimiento. Como el sueño de la razón, los años electorales producen, también, sus propios monstruos.