¿Cuáles son las necesidades inmediatas de las oenegés de Córdoba para sus obras sociales?

Banco de Alimentos pretende solicitar a José María Bellido, alcalde de Córdoba, diferentes modificaciones en el convenio con el Consistorio, como la ampliación de la prórroga de cesión del Matadero, sede de la asociación, a 25 ó 30 años. Actualmente es de un lustro, a punto de cumplirse, más otros 5 años, con la intención de amortizar más cómodamente la inversión de 500.000 euros de la reforma.

Además, según su presidente, Carlos Eslava, necesitan «una inyección económica» para cubrir los gastos de la puesta en marcha del centro de formación en el local de la Plaza Andalucía, que dispone de 500 metros cuadrados y requiere obra menor para adecentarlo, que comenzará cuando se realicen ciertos trámites sobre prevención de riesgos y accesos para minusválidos. Arranca en 2020.

El proyecto, que se presenta esta semana, está financiado en un tercio por la Fundación Cajasur y tendrá una capacidad de 50 personas. «Servirá para formar voluntarios y personas beneficiarias. También se lo ofreceremos a pequeñas ongs con dificultades de reunión en un sitio gratuito», explica Eslava.

El Ayuntamiento de Córdoba les aporta 12.000 euros al año para compra de alimentos exclusivamente. Un alivio para la gestión del Banco de Alimentos es la generosa contribución de la Unión Europea, mediante el programa FEAD (Fondos Europeos de Ayuda a Desfavorecidos), que tiene una dotación 130.000 euros y una participación del 15% del Gobierno español para repartir más de un millón de alimentos en tres fases.

Otra de las dificultades del Banco de Alimentos es la falta de voluntarios para distribuir, sobre todo, los productos perecederos (frutas y verduras), ya que muchas de las 250 entidades a las que nutren no cuentan con personal para hacer esta importante labor. Conclusión: No pueden almacenar más de lo que quisieran.

El presupuesto anual es de 130.000 euros, sin contar los alimentos. La Diputación de Córdoba sufraga parte de los gastos de personal, luz o teléfono. Da para cuatro empleados y el reparto en 2018 de casi cuatro millones de alimentos, de los que se beneficiaron 26.804 personas.

El Banco de Alimentos tira de imaginación. Así arrancó en marzo el programa «Soy útil» , para escolares menores xpulaados temporalmente o la iniciativa con el Tribunal de Menores , con la que niños de entre 8-10 años (8 pasaron por el programa) realizan trabajo social.

El ente social es pionero con el proyecto «La huella carbono» con la Universidad de Córdoba , para estudiar el impacto en el medioambiente de los materiales que emplean.

La urgencia de la Fundación Prolibertas, creada por la Orden de la Trinidad, es lograr la colaboración del Ayuntamiento de Córdoba para ampliar los servicios sociales de su comedor , actualmente en la Muralla Almohade y en pleno aniversario (tres décadas). Estaba pensado para dar de comer a 180 usuarios y lo hacen 606 al año.

El proyecto está perfectamente redactado: necesitan más de un millón de euros para su financiación y les gustaría ubicarlo en el antiguo Cuartel de Lepanto, donde ahora asisten en el Centro de Día desde que a final de 2017 la concejalía que controlaba Izquierda Unida promulgó su cesión.

Eduardo García, director del comedor social, tiene solicitadas citas con el alcalde Bellido, con el tercer teniente de alcalde y responsable de Urbanismo, Salvador Fuentes, (PP) y la edil de Bienestar Social, Eva Timoteo (Cs).

El entendimiento con los munícipes desatascaría los planes de Prolibertas, que cuenta con un presupuesto anual de 350.000 euros (200.000 absorbieron los 17.253 servicios de alimentación en 2018). La Diputación financia 10.000 euros anuales y la Junta de Andalucía 150.000, «mediante convocatorias públicas de subvenciones», matiza Eduardo García, amén de 30.000 euros anuales el Consistorio.

Con ese aumento la Fundación Prolibertas podría ampliar las Libertiendas (abierta en la Calle María Cristina), negocios de ropa de segunda mano, cuyos beneficios se reinvierten en obra social y el fomento del empleo de personas en exclusión social.

Cruz Roja, sin duda, es una de las oenegés más potente de Córdoba. Su presupuesto de casi 10 millones de euros sostiene un proyecto de entre 220-230 empleados, 3.800 voluntarios y 16.000 socios y empresas colaboradoras. Firmó un reciente compromiso de 7.000 euros del Ayuntamiento para mejorar las ayudas a mujeres, que complementan los 42.000 de servicios preventivos en Feria, los Patios o Semana Santa, y los 40.000 de la Diputación destinados a empleo. El 40% de los beneficiarios que buscaron empleo en las 242 empresas colaboradoras acabaron con contrato de trabajo.

También estable es el servicio social que promueve Cáritas , con cuatro millones y medio de presupuesto para atender a 800 personas sin hogar en 2018. Sus principales donaciones particulares proceden de población de avanzada edad y necesitan reponer los ingresos que se pierden con los años.

Solemccor es una de las empresas que crearon para la inserción laboral de personas en exclusión. Ha generado 156 puestos de trabajo entre el restaurante y sus cursos de formación. La solidaridad cubre las necesidades en la Residencia San Pablo, para mayores de 60 años, y la Casa Acogida, más el centro de atención primaria.