Cordobeses confinados en Madrid | «Nos sentimos víctimas de la confrontación política»

El letrado sonríe por no llorar ante el absurdo provocado por el estado de alarma declarado por el Gobierno el pasado viernes y, con anterioridad, por las medidas a las que obligó el Ministerio de Sanidad y que luego suspendió el Tribunal Superior de Justicia de la autonomía.

Este contratiempo menor, que Gosálvez solventa recurriendo a la compra «on-line», supone una alteración más su vida cotidiana a cuenta del coronavirus. Días antes de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , ordenase el confinamiento hace siete meses y medio, y cuando la reclusión domiciliaria estaba cantada, este brillante exalumno del colegio Alzahir y de la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba (UCO) tomó una decisión: irse de Madrid temporalmente con su esposa y sus dos hijos e instalarse en una propiedad familiar de Extremadura , donde la tasa de contagios era mucho más baja. «Creo que acertamos. Nos lo podíamos permitir porque tanto mi mujer y yo llevábamos tiempo teletrabajando, y los niños no tenían clases presenciales tampoco. No volvimos a Madrid hasta principios de septiembre: enlazamos la estancia en Extremadura con las vacaciones en Cádiz . Y todo por el miedo que teníamos a que si volvíamos a casa nos pudiéramos infectar», resume.

Asentado en Madrid desde 1998 , el abogado José Gosálvez fundó el pasado año un despacho propio después de una fructífera trayectoria en la capital de España , primero y durante una década como miembro del bufete del también cordobés Santiago Muñoz Machado —en la actualidad director de la Real Academia de la Lengua — y después como responsable de la oficina en la ciudad de la firma y como encargado del área procesal de Sigma Legal . El letrado, casado y con dos hijos, comparte con una amplia comunidad cordobesa en Madrid la impresión de que «nos sentimos víctimas de la confrontación política, y eso nos disgusta mucho».

«La prensa refleja una alarma social que nosotros, realmente, no la sentimos así en nuestra vida diaria, que ha continuado más o menos igual con el confinamiento perimetral, porque seguimos yendo a trabajar y nuestros hijos van al colegio, aunque es cierto que las actividades sociales las hemos reducido al mínimo y no podemos salir de los límites del municipio», declara Gosálvez a ABC . El abogado, que es patrono de la Fundación Miguel Castillejo , ha trabajado en gran parte desde casa desde la declaración del estado de alarma de marzo como medida de precaución, y durante estos meses ha limitado sus viajes de ocio a Extremadura, y a Rota , la localidad de la costa de Cádiz en la que cada año se reencuentra con viejos amigos.

El regreso a su urbanización en el límite del municipio de la capital de España tras las vacaciones, hace un mes y medio, convenció al abogado, con una amplia experiencia en la jurisdicción civil y contencioso administrativa, de que meses atrás había tomado la decisión correcta. «Es verdad que en Madrid no hay una alarma social como la que nuestros familiares en Córdoba piensan que existe, pero creo que en parte es porque aquí la gente ya da por algo normal tener en su círculo de amigos o laboral a una persona que haya dado positivo, cierto es que con una sintomatología leve o asintomáticos, pero infectados», declara este máster en Asesoría Jurídica de Empresas (MAJ) del Instituto de Empresa de Madrid .

Aunque ha reducido al máximo las reuniones sociales y los encuentros con amigos, la sospecha del contagio siempre está ahí. Y choca con las limitaciones de la atención sanitaria del sistema público de la Comunidad. «Hace unas semanas nos hicimos las pruebas para estar seguros de que nos encontrábamos sanos y no nos cogían el teléfono en nuestro de salud. Todo va lentísimo. Así que hemos tenido que pagarnos nosotros las PCR : por unos ciento veinte euros vienen a casa y te la hacen», declara José Gosálvez , que comparte con Manuel Romero su pasión por los toros.

Manuel Romero , abogado del Estado en excedencia, está al tanto del mano a mano que hoy protagonizan en el Coso de los Califas Morante de la Puebla y Juan Ortega . «Espero que sea un éxito y que ayude a que Córdoba logre una posición más destacada en el mundo de la Fiesta », reflexiona este profesional natural de Villanueva de Córdoba con despacho en el Paseo del General Martínez Campos , cerca de La Castellana .

«Los toros han sufrido este año. Eso sí es una pena y un desastre económico, cultural y ecológico. Este año no hemos tenido Feria de San Isidro ni Feria de Otoño y, desgraciadamente, no hemos podido disfrutar de la Fiesta, de los nuevos toreros, de los que están consolidados, de los que se apagan, de las ganaderías punteras, de los toros bravos y de los mansos… En fin, ha sido una pena», subraya quien también se muestra apenado porque «tampoco tenemos desfile por el Día de la Hispanidad».

Romero es muy consciente de que su familia en Córdoba está tranquila solo a medias por la suerte que él y los suyos corren en Madrid, donde vive desde hace dos décadas y media. «Es cierto que la visión que se traslada de Madrid infunde miedo pero, siendo la situación grave, seguimos viviendo con normalidad, eso sí, con medidas de protección y cuidado. Esta ciudad es muy grande, hay mucha población en poco espacio y con mucha movilidad, pero, al final, te relacionas con un número limitado de personas y, en momentos como el actual, lo reduces aún más: en Madrid, como en cualquier sitio, puedes coger el ‘bicho’ sin saber cómo», resume el titular de la firma. «No deja de impactarme ver los restaurantes de Madrid casi vacíos, con casi eco donde antes había murmullo, y todo en una ciudad que suele estar llena de vida», concluye.

Mónica, nacida en Córdoba hace 45 años es una «headhunter» o cazatalentos que ha trabajado en las firmas internacionales de más prestigio en la búsqueda y el fichaje de los perfiles más adecuados para puestos directivos de alto nivel. ¿Cómo es el día a día de esta profesional desde que están activas las medidas de restricción de movilidad en Madrid ? «El día a día se realiza la vida normal: los niños siguen acudiendo al colegio que se encuentra dentro de nuestra zona, en La Moraleja , que pertenece a Alcobendas y es una de las zonas confinadas».

«En nuestra zona hay muchas áreas verdes, prácticamente la mayoría son casas y no hay edificios lo que permite menos número de población». Salamanca añade que su «actividad laboral desde hace meses se esta desarrollando ‘e- work ’, en remoto: en realidad no podemos salir de Alcobendas para el ocio o para citas no importantes como para ir a una peluquería fuera de tu distrito, aunque sea la calle de al lado, pero en realidad para lo importante, como el médico o el trabajo puedes moverte sin problemas». Unas de las limitaciones de más alcance tiene que ver con el ocio, y más ahora en pleno puente del Pilar.

«Los que vivimos en Madrid huimos cuando hay varios días… Lo tenemos en el ADN. Aprovechamos para ir a ver a nuestras familias y amigos de Córdoba , bajar a la playa, ir a esquiar…. y este puente es estupendo porque suele hacer buen tiempo todavía. Yo tenía pensado ir a la playa a desconectar unos días...». Lo peor, a juicio de Salamanca, es ver las calles de Madrid «con este ambiente tan triste, con apenas gente, con la mitad de los sitios cerrados, los veladores quitados... Hay una tristeza generalizada».

Cordobés de 47 años, es el responsable de la Asesoría Jurídica de Mapfre . Pedraza coincide con el resto de los entrevistados en que «no hay demasiado cambio durante los días de diario: mis hijos asisten normalmente al colegio de momento, y mi mujer y yo vamos a trabajar cada jornada. En mi caso, la sede de mi empresa está en otro municipio: me desplazo en coche y voy pertrechado con un certificado de la empresa por si me para la policía».

Uno de los flancos en los que sí ha penetrado con fuerza las nuevas restricciones es en el ocio, porque los modos de operar en el trabajo estaban ya en gran parte adaptados a las limitaciones del coronavirus desde la declaración del estado de alarma del pasado marzo.

«Nosotros nos solemos mover bastante los fines de semana, y ahora es imposible salir del municipio. Hemos reducido las salidas a bares y restaurantes, y ahora con mayor motivo por la reducción horaria. Suelo hacer ‘mountain bike’ durante los fines de semana, saliendo de Madrid las veces que puedo, a la sierra de Guadarrama , donde hay rutas muy atractivas; ahora no podemos abandonar la ciudad, así que toca hacer el carril bici y aunque es verdad que hay kilómetros de sobra, está muy bien acondicionado, pero no se puede comparar con la sierra», señala Pedraza.

Juan Pedraza y su familia han tenido que cancelar Primeras Comuniones , porque «inicialmente estaban previstas para mayo, luego para octubre, y ahora no se pueden hacer por cuestiones de aforo y porque las celebraciones estaban contratadas en restaurantes fuera del término municipal de Madrid ».

Inmaculada Calero , una profesora de Secundaria de un colegio concertado de la capital de España cuya familia reside cerca de la avenida de Las Ollerías . «Nosotros vivimos en Leganés, que está confinado, sí. Creo que el nuevo estado de alarma no nos afecta demasiado porque desde hace tiempo no salimos mucho para evitar el contagio, y en el día a día nos apañamos con el certificado que nos han dado para ir a trabajar, mientras que a mi hijo le han organizado el curso en la Universidad para que tenga clases presenciales solo dos tardes y el resto es « on-line» . Calero, de 47 años, no ve preocupados «lo más mínimo» a sus parientes en Córdoba : «Imagino que pensarán que sabemos cómo cuidarnos», bromea la docente.