Córdoba y el cine: una relación sin «happy ending»

De ese abandono no sólo da cuenta ese hecho, sino bastantes más. Por ejemplo, que todos los «links» que la página de Turismo tiene a su Film Office , y que se programaron en varios idiomas, conducen hoy a la nada . Tampoco va bien la cosa si un posible productor quiere contactar a través de la Andalucía Film Comision. Allí sí que hay un apartado dedicado a Córdoba, pero el enlace que ofrece conduce a la misma web inhabilitada. Se acompaña un teléfono, que no es otro que el de la centralita del Ayuntamiento, a menudo colapsada, y una extensión a la que si se llama te explican que no está disponible. No mejora por último en las redes sociales . En Facebook, por ejemplo, la cuenta de la Film Office dejó su último comentario hace siete meses, el 3 de julio. Y peor aún está la situación en Twitter, donde el perfil de este organismo se quedó varado en octubre de 2016.

La pasividad del Film Office se acompaña de otros datos que apuntan a que Córdoba no es hoy una ciudad precisamente de cine . Por ejemplo, en el informe de 2017 , último conocido de la Andalucía Film Comission, sólo se destaca una película de ficción rodada en Córdoba durante ese año, la rumana «Sin aliento» .

Esta situación contrasta con la potencialidad que Córdoba tiene a priori como posible localización si se atiende a su patrimonio y a su ubicación. Posibilidades que le conceden sin dudarlo dos de los principales directores de cine que tiene Córdoba en la actualidad, Gerardo Olivares y Francisco Javier Gutiérrez .

Este último , autor de películas como «Tres días» o «Rings» , explica que la decisión del cineasta es estética, mientras que la del productor es estética pero también económica. Es decir, que se necesita tener escenarios reales potentes, con los que Córdoba cuenta , pero para seducir al inversor hacen falta atractivos financieros. Cuestiones «a largo plazo» como creación de platós y equipos de producción locales se hacen necesarias en una apuesta seria, aunque también hay acciones más asumibles en el corto plazo como incentivos fiscales.

«Vamos donde nos dan facilidades», advierte Olivares , que recuerda que si ahora se ruedan muchas películas en Canarias o en Navarra es porque allí se están tomando este tipo de medidas. Los dos coinciden por último es mostrar su deseo de rodar en su tierra y confían sin dudarlo en el cine como dinamizador económico y creador de marca para la ciudad. Córdoba según ellos tiene los cimientos para lograrlo. Muchas ciudades del mundo están aprobando medidas fiscales concretas con el objetivo de fomentar los rodajes por el beneficio indirecto que generan. Cosa muy distinta es que la ciudad tenga hoy un guion para avanzar en dicha aventura.