SOY CORDOBITA

Córdoba a 60 grados

Cada vez hay más casas propias del norte de Europa y menos plantas y árboles en una ciudad granitizada y llena de coches

Un termómeto marca la temperatura en una calurosa tarde en Córdoba Rafael Carmona

08/12/2019
Actualizado 09/12/2019 a las 01:21h.

Estos días no se oye hablar de otra cosa que del cambio climático , la niña Greta y sus peripecias, así como la ONU y sus constantes cumbres mundiales nos alertan de que las emisiones de CO2 a nivel mundial están alcanzando ... un nivel sin precedentes. Los últimos cuatro años han sido los más calurosos de la historia, las temperaturas invernales del Ártico han aumentado 3 grados desde 1990, el nivel del mar no para de subir, los arrecifes de coral se mueren, y ello unido a la contaminación de nuestros campos, ríos y mares por plásticos y química, hacen que la biodiversidad vaya desapareciendo a niveles casi apocalíptico s.

En Córdoba , los episodios de calor extremo se multiplicarán, así como la prolongación de sequías y la virulencia de los incendios forestales, que harían saltar por los aires los dos pilares básicos de la economía de la provincia ,el turismo y la agricultura y ganadería .

Hay informes que señalan que Córdoba supera ya los niveles de contaminación recomendados por las instituciones sanitarias 119 días al año, principalmente motivado por el ozono y la partículas en suspensión derivadas del tráfico , aún así los planes de mejora de calidad del aire brillan por su ausencia.

Pues bien antes todos estos problemas, que afectan a la salud del aire que respiramos los ciudadanos, con cada vez más casos de alergias, y a la salud de los alimentos que tomamos, cada vez más contaminados, así como la no defensa de nuestros sectores tradicionales agrícolas, como el olivar y la ganadería, o la falta de combate a la seca de la encina o la xylella del olivo , o la buena administración del agua para evitar su escasez, nos encontramos la nada.

Paseo por Córdoba y cada vez veo más casas y edificios insostenibles climáticamente, cristaleras sin balcones , paredes cúbicas sin formas, hacen que cada vez sea más difícil refrescar unos edificios diseñados para el norte de Europa y no propios de estas latitudes, aparte de afectar gravemente a la idiosincrasia de una ciudad Patrimonio como ésta.

Una vez más, parte de la solución está en mirar al pasado, los adalides de l a arquitectura bioclimática vienen a enseñarnos lo que los andaluces sabemos hace siglos, que las plantas y macetas en nuestras ventanas, balcones, patios, terrazas y azoteas, así como los árboles en nuestras calles , refrescan y bajan la temperatura de estas islas de calor en que se han convertido las ciudades alquitranadas, granitizadas y llenas de coches.

Y los defensores de la agricultura ecológica vienen a practicar lo que los romanos ya hacían .

Si a ello añadimos un plan provincial donde la UCO , empresas privadas e instituciones potencien la transición a un modelo sostenible, lo mismo nos encontramos que nuestros hijos puedan dedicarse a convertir plásticos en materiales de construcción , a la investigación en energías renovables y protección solar y climática, o la prevención y tratamiento de enfermedades, o descontaminación del aire y aguas, porque luchar por tu ciudad para que no se transforme en una ruina desértica de población, empleo y vida, es un deber para con nuestras generaciones futuras .