Así fue Córdoba en 2018: crímenes, accidentes de carretera y corrupción

No eran los únicos flecos de corrupción que pasaban por los juzgados en 2018. El caso de las mordidas de la Fundación Guadalquivir Futuro, afín al PSOE , ha ocupado gran parte de la información de este año judicial. Este escándalo, que será juzgado en 2019 dejaba al descubierto que la práctica de cobrar «donaciones» a los parados tenía carácter universal en esta ONG y en dos entidades satélite.

El volumen de la corrupción ha sido tal que la Fiscalía creó en abril un área especializada contra la Corrupción, Delitos Económicos y la Criminalidad Organizada a cuyo frente estaba la fiscal cordobesa Esther González. Esta fiscal sentará en el banquillo a los 116 joyeros de la macrocausa «Fénix» acusados de defraudar con «oro negro» más de 400 millones de euros. Este año concluyó la instrucción.

Este año, la Fiscalía daba un empujón a la pieza separada del fraude de los cursos de formación de la Junta de Andalucía , que saltó a las portadas de todos los periódicos con más de 300 detenidos en 2014. En Córdoba, como en otras provincias, los responsables políticos investigados no fueron finalmente acusados , y la Fiscalía puso el cerco en ocho empresarios para los que se les piden penas de prisión de 3 a 5 años y multas por las subvenciones cobradas de forma fraudulenta entre 2010 y 2011.

Este otoño, la Fiscalía presentaba una querella contra Spiriman por calumnias al juez decano, Miguel Ángel Pareja en redes sociales. Una jueza le imponía al doctor Candel medidas cautelares para impedir que continuara subiendo esos videos a la redes, y le impuso una fianza de 30.000 euros.

El otoño llegó con el veredicto de culpabilidad de un jefe de ADIF condenado a 4 años de cárcel y multa de 400.000 euros por cohecho. A este se sumaba el del crimen de la Fuenseca . El jurado declaraba culpable a una mujer por asesinar a su pareja y enterrar su cadáver en el patio de la casa.

Por su parte, las páginas de sucesos han estado este 2018 en Córdoba manchadas por funestos asesinatos, accidentes mortales de tráfico y tragedias con menores como fatales protagonistas. La primera desgracia que conmocionó a la sociedad cordobesa tuvo lugar a principios de febrero, cuando un padre y su hijo fallecieron mientras circulaban por la A4 al tratar de esquivar a una oveja que se les cruzó. No ha sido el único siniestro que se ha cobrado vidas en estos doce meses: una veintena de personas han perdido la vida en las vías de la provincia. También se han registrado dos muertes por atropellos de tractor , ambas durante la misma semana: una en Cabra y otra en Baena.

La crónica negra de Córdoba ha sumado nuevos crímenes a lo largo de este 2018. El 15 de abril aparecieron muertos la pareja formada por José Luis G.B. y Juan Alberto R. en una cochera de la calle Gabriel Celaya de Priego de Córdoba . Una de las hipótesis con las que se trabaja es el móvil pasional y la posible implicación de un tercero. También en abril fue descubierto en su casa de Baena el cadáver de un hombre de 80 años que murió por un fuerte golpe en la cabeza. El presunto autor fue detenido. Otra octogenaria falleció a manos de su vecina en junio en Ciudad Jardín , y en octubre fue hallado en el pantano de El Arenoso el cuerpo de María José Pallarés , asesinada, supuestamente, a manos de su marido a martillazos en su domicilio de Arganda del Rey, en Madrid. La mujer nunca presentó denuncia alguna contra su verdugo.

El último suceso que ha teñido de rojo las páginas de los rotativos este año que acaba fue el denominado Crimen de Moreras . Tres personas fueron detenidas e ingresaron en prisión provisional en noviembre por su presunta participación en la reyerta en la que perdió la vida un joven de 26 años tras recibir una puñalada en el patio Gabriel Celaya. En la declaración de todos los implicados hubo muchas contradicciones que habrá que aclarar en el juicio.

Capítulo aparte merecen los tres menores que han muerto este año de forma accidental en la provincia. En mayo un niño de 13 años se ahogó en los Baños de Popea mientras participaba en una actividad de multiaventura al aire libre programada por el Instituto Colonial de Fuente Palmera al que pertenecía. Dos meses después, otro chico de 15 años perdió la vida electrocutado en su casa tras tocar un cable suelto en la zona de la depuradora de la piscina familiar. El último deceso que provocó gran conmoción fue el fallecimiento de otro niño, de cinco años, que murió tras atragantarse mientras estaba comiendo en su casa de Palma.