El convento de Regina en Córdoba necesitará años y presupuesto para una rehabilitación completa

La cuestión clave es que los arquitectos de la Gerencia de Urbanismo han trabajado con unos márgenes presupuestarios que ellos mismos califican de muy estrechos. Tanto, como unos 500 euros por metro cuadrado . Ello implica que, de cara a plantear la actuación, se ha hecho lo posible para poner presentable una parte del complejo conventual que servirá de contenedor cultural . El proyecto no prevé instalaciones específicas de una sala de exposiciones ni de un lugar para conferencias o proyecciones . El resultado debe ser algo parecido a la rehabilitación realizada de la sala capitular de Orive , uno de los ejemplos de recuperación arquitectónica y patrimonal más notables que se han realizado en Córdoba en los últimos años.

Para entender cómo estaba el edificio, del siglo XVI, se pueden dar varios datos. El equipo técnico tuvo que retirar numerosos barriles de vino de un edificio que fue bodega en las últimas décadas. La situación del suelo no se pudo comprobar hasta que se retiraron todos los excrementos de paloma que había esparcidos por muchas décadas de abandono. El Consistorio tuvo que tapar con malla metálica los numerosos huecos de la fachada para evitar la entrada de aves . Además, algunos elementos del edificio siguen siendo un misterio porque no se ha podido acceder. Por ejemplo, el coro .

Una parte del complejo, precisamente el que se encuentra en estado más ruinoso, se queda como está. Se trata de las crujías Este y Oeste así como patios del convento. La pretensión inicial ha sido la de que no vaya a más mediante una pequeña obra de consolidación que permite conservar algunos de los arcos que aún siguen en pie o los muros de un edificio que, en parte, ha quedado absorbido por las construcciones anexas.

El Consistorio dispone, sin embargo, de un plan de usos para el conjunto del edificio. La crujía que da a la plaza de Regina, que es la que queda en pie, se adaptará en un futuro «a usos administrativos» mientras que el resto del convento se dedicará a espacios libres y de relación . Una parte del mismo pretende ser un «jardín arqueológico» dados los restos hallados en la zona . Ese nuevo nuevo cuerpo administrativo tendrá que esperar pero, en cualquier caso, será un edificio de nueva planta dotado de ascensor para que se pueda recuperar el acceso al coro con la vista tradicional de la iglesia por medio de la celosía original. Hasta tanto no se haga, esta parte de la iglesia, a la que se llegaba por una sinuosa escalera de caracol , no estará disponible para el público. Un detalle del proyecto es que los arquitectos de Urbanismo han decidido que la escalera se quede no tanto para que se use de forma práctica -no cumple ningún estándar de las normas de accesibilidad de los edificios públicos- como para mantener la imagen consolidada del monumento. Un guiño a su pasado inmediato.

Para hacerse una idea de lo maltratado que ha sido el edificio a lo largo de la historia, un detalle. Uno de los elementos que se va a retirar serán unos perfiles metálicos que ocupan, de pared a pared, la nave principal de la iglesia. Se trata de unas vigas que servían cuando el edificio era un secadero de tocinos y jamones . De allí se colgaban los alimentos hasta que quedaban curados.

Uno de los elementos más relevantes del proyecto será la restauración del enorme artesonado. A primeros de los ochenta, se realizó una intervención de urgencia para evitar que se cayera mediante la coloración de placas de fibrocemento que permitiesen que acabase la filtración de aguas. Se colocará un nuevo sistema de fijación y se buscará la manera para tocar la pieza sin sustituir materiales originales en exceso. Uno de los problemas que presenta es que perdió el color original por el tiempo y por el humo de un incendio. Esta es una de las partes donde la Consejería de Cultura tiene que opinar dadas sus competencias en patrimonio histórico. Además, se van a intentar recuperar las pinturas murales que existen en algunas zonas del edificio. Hay partes donde los expertos han determinado que la situación no es reversible.

Pese a que la puerta lateral se va a restaurar, una curiosidad del proyecto es que propone otra forma de acceder a la iglesia recuperando la entrada tradicional por el compás de la calle Regina al que se le pretende colocar una pieza de nueva factura inspirada en el artesonado. Además, se quiere rehabilitar la cripta donde se va a colocar una placa para recordar que el convento se fundó por la donación de don Luis Venegas y doña Mencía de los Ríos, quienes donaron la casa sobre la que se fundó el cenobio.

Siete empresas han presentado oferta ante el Ayuntamiento para la restauración del edificio que, en su concepción, se pensó como un museo de la ciudad con una parte específica dedicada al patrimonio artístico de las cofradías. Ese programa ha sido alterado y se busca una reubicación de estos elementos.