Condenado a 11 años de prisión por abusar de su hijastra y mostrar vídeos sexuales a tres menores

En ese tiempo, la madre y las tres niñas convivían con el ahora condenado de 43 años , compañero sentimental de la madre de esas dos menores junto a la hija menor de edad del condenado.

La tercera víctima, nacida el 10 de febrero de 2000 , era en aquellos años amiga y vecina de la hijastra del acusado , yéndose por las mañanas en ocasiones juntas al colegio, para lo que aquella acudía al domicilio de esta.

La otra niña, nacida en 2001 , también era amiga y vecina de la hijastra del encartado. Pasado un tiempo de iniciarse aquella convivencia, L.B., con ánimo libidinoso, comenzó a realizar tocamientos a la hijastra cuando se encontraba sola en su dormitorio o junto a otras niñas que dormían al lado de ella . Estos actos perveros los realizó hasta en tres ocasiones. La primera de ellas en una noche que durmió junto al padrastro y la hermanastra en la cama de matrimonio de la casa mientras su madre cuidaba a un enfermo en el Hospital Cruz Roja de Córdoba , y las otras dos en su cuarto mientras dormía.

En ocasiones y en el interior de la vivienda, el acusado llegó a proponerle a las dos menores a tener relaciones sexuales y a usar un juguete sexual -que llegó a mostrar la hijastra en una ocasión-, y a recibir dinero a cambio de que se dejara depilar, llegando a enseñarles en escaso tiempo vídeos de contenido pornográfico a dos de ellas a la hijastra y a la amiga de esta cuando la esperaba par a ir al colegio.

La hijastra tenía abierta una cuenta en la red social Instagram en una ocasión, y cuando L.B. ya no vivía en la casa pero sí seguía siendo la pareja sentimental de su madre , le pidió que le solucionara un problema de acceso. Con posterioridad, el acusado le pidió fotos a la niña en ropa interior o desnuda, bloqueando entonces la comunicación la menor aunque el bloqueo quedaba sin efecto al poco tiempo.

También la amiga de la menor que igualmente contaba con cuenta propia en esa red social, recibió mensajes del perfil en el que le decía «lo buena que estaba» , llegando a bloquearlo con éxito. L.B. fue quien mandó esos mensajes.

Tras todo ello, según consta en el fallo judicial, la menor objeto de los abusos no necesitó someterse a tratamiento psicosocial como menor víctima de violencia sexual , encontrándose bien adaptada en todos los contextos de su vida una vez que reveló los hechos sufridos.