Claves del pacto del puñito

Que el asunto se iba a producir era cuestión que se veía venir desde hace semanas. Los concejales socialistas José Antonio Romero y Manuel Torralbo llevaban bastante tiempo trabajando con el equipo del popular Salvador Fuentes para cuadrar unas enmiendas que permitiesen unas cuentas bipartitas. La firma hará posible, durante la próxima campaña electoral, repartir los réditos del acuerdo con el Ministerio de Defensa sobre la Base Militar Logística como buenos hermanos.

Lo que no se esperaban en el puente de mando del PSOE es que el asunto tuviese fanfarria, banda de música y escena de amistad y amor loco. Mucho menos, foto de puñito, que es lo que, según dicen en los bares, es lo que ha generado la sensación de que el grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Córdoba ha funcionado como comando autónomo .

Se esperaba pacto de baja intensidad y firma en despacho. Pleno de presupuestos de trámite y unas cañas en La Contentura para acabar el día. No así una legitimación concreta de las políticas de colaboración con el PP y Ciudadanos, despegados esta vez de Vox como se veía venir desde que Paula Badanelli hizo el giro de bata de cola. Anoto esto último para los animosos lectores de este periódico del grupo municipal de Vox, dedicados al noble arte del comentario de texto.

La política es el arte de ocupar espacios , parafraseando al gran César Luis Menotti. Como ya se explicó días atrás, la espantá de los dos ediles de Vox -que habían anunciado públicamente la existencia de un acuerdo: la gran cagada- había dejado un enorme hueco en el centro del campo.

Como aquellos días en los que Xavi no jugaba en el Barça de Guardiola. La táctica era evidente y estaban interesados tanto en el PP como en el PSOE. La remisión del mensaje de que un resbalón puede condenar al socio preferente a la irrelevancia en un PP que está loquito por pescar en el caladero de antiguos votantes de Ciudadanos y de una portavoz socialista, Isabel Ambrosio , que necesitaba a toda prisa de una presencia constructiva en el foco mediático tras su reciente imputación por presunto delito contra la ordenación del territorio por lo del zuncho.

La imagen simbólica es la del alcalde, la de la anterior alcaldesa que no quiere perder el sitio - Juan Espadas tiene un mensaje por leer- y una señora de naranja que pasaba por allí.

Se ha explicado en esta misma sección por que el presupuesto de 2021 no vale para nada. De todo el mogollón de folios, solamente la operación de deuda y las transferencias a Defensa por la base son importantes. Un dinero que hay que consignar, además, antes del 31 de diciembre porque, al constar como subvención, no fomarían parte de una eventual prórroga.

La aplicación de la circular remitida por la Intervención General de la Administración del Estado en 2019 explica que, acabado el año en el que se encuentran en vigor las cuentas, se pierde la vigencia de la partida de una subvención nominativa.

Ya puede correr el alcalde para ponerle el lazo al acuerdo con Defensa antes de final de año y no enredarse, como tantas cosas se están enredando últimamente. No va a haber un pacto del puñito bis como, seguramente, no habrá otros presupuestos.