PUERTA GIRATORIA

Chicas WAS

Llega a la Fundación Botí la inquina de un grupo de artistas que se nutren de fondos públicos para favorecer la «ideología de género»

Una de las obras que exhibirá la Diputación del colectivo WAS ABC

10/05/2019 a las 08:21h.

Acaba de llegar a la Fundación Botí , dependiente de la Diputación de Córdoba , una de esas exposiciones que sobreviven gracias al abrevadero de la izquierda cultural con mando en las instituciones que ustedes pagan. Se presenta como oferta revisionista sobre la producción ... artística de Bartolomé Esteban Murillo o Julio Romero de Torres , cuestionados con verdadera inquina por un grupo de artistas plásticas agrupadas en la denominación Colectivo Women Art Space (WAS). Juntas orquestan una suerte de crítica histórica a la iconografía femenina de pintores indiscutibles con el nombre de « Maculadas sin Remedio », porque, en efecto, encarnan gran incapacidad creativa para la elegancia, ese factor equis que significa respeto a palabras sagradas como Inmaculada. Con mayúsculas.

Algunas de las WAS se han vestido de blanco con manto azul y han cruzado sus manos sobre el pecho, así se han fotografiado en el material promocional que circula por Internet. Es así como demuestran su impulso transgresor ante lo establecido por pintores españoles de los siglos XVII y XX. Dan risa. La muestra ha estado ya en otras capitales andaluzas, sin éxito de público y crítica. Es un ejemplo más del manido monocultivo feminista y de la disposición de la institución provincial por contratar eventos que hagan circular dinero público a favor de la « ideología de género ».

Ellas, las chicas WAS, reivindican esa revisión crítica sobre los ideales de belleza femenina de Murillo y Romero de Torres y lo hacen transitando el terreno en el que mejor husmea el feminismo militante subvencionado, vertiendo contra la religión católica toda su pobreza y zambullendo al espectador en un juicio dislocado del presente; juzgando el tiempo pasado con criterios distorsionados, para pescar en el río revuelto de administraciones y gestores que atraviesan de ideología cuanto hay a su alrededor.

Si no fuera tan pueril el argumento, les ahorraría los comentarios que sobre la Chiquita Piconera han hecho este grupo de artistas plásticas contratadas por la Diputación, pero es imposible reprimir cierta compasión hacia ellas, cuando la crítica al pintor cordobés radica en describir la sensualidad de la Chiquita Piconera y su hombro de bronce brillante. Denuncian una alteración indebida de la identidad femenina y alegan que la limpieza de rostro de la Chiquita es incoherente con su lugar de trabajo, una carbonería polvorienta y tiznada. Es decir, que Romero de Torres engendró la obra de arte sublimando a su modelo, algo nunca antes visto en la historia del arte.

Las WAS ven aprovechamiento del rostro femenino por parte del pintor cordobés y por eso recurren al adiestramiento de nuestra mirada. Solos no podemos. Quieren crear en nosotros la «conciencia de género» e interpretarnos con sus parámetros el daño irreparable que han perpetrado algunos pintores a la lucha por la igualdad. Quieren ajustarles las cuentas con su declaración de guerra a los artistas que no supieron dibujar el ideal de belleza que ellas ostentan con sus disfraces blancos y azules.