Carlos V, el emperador que agradeció a Córdoba su lealtad frente a los comuneros

Carlos I nunca lo olvidó, y la visita que hizo cinco años después, en 1526, durante su viaje de novios, era menos una escala que una muestra de agradecimiento por la lealtad de Córdoba. No fue una adhesión invidual, sino que la ciudad promovió la Liga de La Rambla , en la vecina localidad del mismo nombre, en la que otras urbes, entre ellas Sevilla , se sumaron a la misma actitud. Córdoba envió además a una serie de soldados para luchar al lado de Carlos I, pero con la salvedad de que tenían que hacerlo sólo « contra los comuneros o contra los moros ».

El Archivo Municipal de Córdoba y la Cátedra de Historia Moderna, Contemporánea y de América de la Universidad de Córdoba abrieron ayer un ciclo de conferencias con motivo del cuarto centenario de la elección de Carlos I como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico , y que analizan la relación que tuvo con Córdoba y cómo era la ciudad en la primera mitad del siglo XVI, en la época de su reinado.

La directora del Archivo Municipal , Ana Verdú, inició este martes estas conferencias con una cita en la que habló sobre las muchas referencias que en este conjunto documental hay sobre Carlos I y sobre su relación con Córdoba . Para ella, el punto crucial para entender la relación está en que la ciudad no se sumara a la rebelión que había empezado en Castilla, y que tuvo algunos focos en la vecina Jaén.

A partir de ahí, el nieto de los Reyes Católicos mantuvo una intensa relación con Córdoba, que se reflejó en la correspondencia. En los años que dura su reinado, entre 1519 y su abdicación en 1556, se conservan en el Archivo Municipal casi 1.230 documentos .

«Carlos I escribió a Córdoba para anunciar muchos de los acontecimientos de su vida : que había sido elegido ‘rey de los romanos’, que era el nombre de su título; que se casaba o que abdicaba para retirarse a Yuste», explicó Ana Verdú. Antes, durante la revuelta de los comuneros, había escrito a la ciudad para advertir de que no dieran crédito a cualquier carta firmada por su madre, la reina Juana de Castilla . Temía que pidiera a la ciudad sumarse a los comuneros, aunque en último término ella rechazó unirse a la rebelión cuando fueron a pedírselo en su cautiverio de Tordesillas .

El punto máximo fue la visita del emperador a Córdoba, entre el 19 y el 23 de mayo de 1526. Se acababa de casar con Isabel de Portugal y emprendieron un viaje de novios hacia Granada que tuvo parada en Córdoba. No se sabe dónde se hospedaron, pero sí que la corte, que era itinerante y viajaba con el emperador y la emperatriz, y que necesitaría mucho espacio. Hubo en aquellos días j uegos de toros y cañas en la plaza de la Corredera, y la leyenda, no los documentos, ha dejado una frase del emperador al visitar la Mezquita-Catedral , en la que se construían el crucero y el coro: «Habéis construido aquí lo que vosotros o cualesquiera otros, podrían haber construido en cualquier parte: con ello habéis destruido algo que era único en el mundo».