REPORTAJE

Los balcones, hijos de un mayo menor

Los participantes en el certamen de rejas lamentan que los patios les dejan en segundo plano

Marcelino Calzado, propietario de la casa junto al Jardín de los Poetas que ha ganado el primer premio R. CARMONA

RAFAEL A. AGUILAR

«No hay derecho a que siempre se hable tan poco de nosotros, como si no existiéramos: oiga usted, que yo a mis casi ochenta años tengo que montarme en un andamio de tres cuerpos para colocar las plantas», se queja Marcelino Calzado, ... el dueño de la vivienda del número 3 de la calle Manuel Soro «El Tinte», que ha ganado el primer premio del concurso de Rejas y Balcones. Los participantes en el concurso municipal de las Rejas y Balcones, que corre en paralelo al de los Patios, se sienten como los eternos hermanos menores de la fase más esplendorosa del mes de mayo cordobés por más que la suya sea una tradición que viene de tan antiguo como la que reina en la calle: la competición discreta de cuarenta y seis inmuebles que beben de la herencia de la convivencia en las casas de vecinos.

La casa de Hermanos López Diéguez que ha logrado el tercer premio RAFAEL CARMONA

El hombre no da de sí para atender a cuantos le piden explicaciones acerca de los cuidados que necesita la joyita floral con la que decora el exterior de su domicilio desde hace un cuarto de siglo y que comenzó a presentar a la convocatoria municipal hace cinco años. «Tuve suerte, casi todos los años me he alegrado de haber ganado algo: en 2016, por ejemplo, me dieron el segundo premio, y este año pues ya ve usted», sonríe.

Flores engalanan la fachada de la casa de «El Tinte» que ha quedado primera R. CARMONA

Quizás no sea nada más que la impresión de un visitante, pero da la sensación de que si el cuidado de las casas con patio ha ido asociado —y va— de un modo mayoritario a las manos femeninas, el engalanamiento de los balcones tiene más de impulso masculino. Porque quien hace las veces de cicerone en el zaguán del número 5 de Diego Méndez, junto a la plaza de Regina, es otro varón, y además de una edad parecida al que ha sido merecedor del primer premio: se trata de Fidel Ortiz, de 75 años, que es el titular de la vivienda que ha quedado en segunda posición. «El año pasado tuve más suerte: quedé el primero, y en 2015 el tercero», informa.

Flores engalanan la fachada de la casa de Diego Méndez que ha quedado segunda R. C.

Con cuarenta años a sus espaldas bajo el techo de la casa, lleva tres décadas participando en el concurso. «Fue un vecino el que me convenció: ‘Hombre, da gusto mirar tus ventanas en mayo, es una pena que te quedes fuera’, me animó. Y me decidí.. y hasta ahora». Esa vez, en la que se estrenaba en la pugna por las distinciones, se llevó el máximo galardón. Y así hasta hoy.

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