Arqueología
Video | Así era la Casa del Panadero del yacimiento de Torreparedones en Baena, la 'domus' que renace en 3D
Un trabajo de la UCO, hecho por la arqueóloga Irene Cáceres, difunde la singularidad de esta amplia ‘domus’ romana
Con tecnología 3D se ve en su interior los espacios en los que se combinaban los usos comerciales con los privados
Villas, fábricas y ciudades: la huella de Roma en el Sur de Córdoba
Félix Ruiz Cardador
La Casa del Panadero es el nombre con el que se conoce a una extensa ‘domus’ romana construida en torno al siglo I d. C. y que apareció en las campañas de excavación del yacimiento de Torreparedones de Baena en el ... año 2016 . Su nombre se debe a que en el recinto aparecieron restos de un gran horno y de un molino rotatorio , junto a otras estancias de finalidad comercial en la que se cree que se vendían los productos que allí se horneaban y que debían despertar, por su fragancia, el interés de los residentes de esta vieja ciudad de la Bética romana cuyo nombre aún se discute.
Junto a ello, también los elementos habituales de una casa romana de postín, lo que hicieron de este edificio, tras la investigación del arqueólogo municipal José Antonio Morena y su equipo, uno de los atractivos de un yacimiento fascinante, que acumula testimonios desde los iberos hasta su destrucción y abandono definitivo en la Edad Media.
Desde el hallazgo, nunca se ha dejado de trabajar en la Casa del Panadero. El objetivo: incorporarla al recorrido turístico que se realiza por el yacimiento , en el que también se puede ver el magnífico foro romano, las termas o el castillo medieval. En los primeros años se intervino en la ‘domus’ con trabajos de documentación e investigación y más recientemente, el año pasado, con unas obras de consolidación y restauración que supusieron una inversión en torno 60.000 euros.
A esas labores, se une ahora un avance que llega de la mano de la tecnología, ya que toda la labor previa ha permitido que se haya realizado el alzado de esta formidable ‘domus’ romana en tres dimensiones . El trabajo, que se ha difundido hace unos días, permite hacerse una idea bastante cercana de cómo era este edificio.
Es obra de la arqueóloga cordobesa Irene Cáceres , que lo ha desarrollado como trabajo de fin de master con la colaboración de los profesores de la Universidad de Córdoba Diego Francisco García y Paula Triviño y del profesor de la Universidad de Jaén José Manuel Valderrama. También con el apoyo del grupo Antiguas Ciudades de Andalucía que dirige Massimo Gasparini.
La Casa del Panadero es el nombre con el que se conoce a una extensa ‘domus’ romana construida en torno al siglo I d. C. y que apareció en las campañas de excavación del yacimiento de Torreparedones de Baena en el año 2016
Irene Cáceres explica que ella es natural de Castro del Río, localidad ligada también a la historia del yacimiento, y que cuando se decidió a hacer su trabajó optó por algo «que sentía un poquito mío» como es Torreparedones. Las primeras reuniones con el arqueólogo municipal José Antonio Morena comenzaron en 2019 y a mediados de 2020, tras numerosas investigaciones de campo y documentales, se comenzó el proceso de reconstrucción digital de la casa , que en el trabajo aparece tal como se supone que era en el periodo altoimperial, cuando su horno panadero estaba en su máximo apogeo.
Según señala la arqueóloga, se han seguido todos los hallazgos e interpretaciones que existen por ahora sobre el inmueble, por lo que se ha trabajado con «el máximo rigor posible» y con hipótesis razonables en esos espacios de la casa cuyo uso puede suscitar aún algunas dudas.
Estructura del edificio
El trabajo realizado, que se acompaña de un detallado artículo científico, lo que muestra es una ‘domus’ de gran tamaño y su singularidad, ya que tenía un espacio privado para vivienda de sus inquilinos pero también zonas públicas en las que se vendían los productos panaderos y otro espacio de trabajo en el que se molía y almacenaba el trigo.
En total, se identifican en el artículo 23 estancias distintas , lo que da cuenta de la dimensión de esta hacienda que estaba a apenas unos minutos del foro de la ciudad. La mayor de ellas era el ‘atrium’ central, de casi cien metros cuadrados, en torno al que se organizaban los ‘cubiculum’ o habitaciones de diferentes tamaños, el ‘tablinum’, la cocina, el comedor o ‘triclinium’ , el espacio de venta, el horno, la letrina, el molino, el huerto o las estancias dedicadas a almacenamiento o al personal de servicio.
Se recrean así no solo los espacios domésticos que habitaban los propietarios de esta rica hacienda (ver las imágenes que acompañan este reportaje), sino también los diferentes espacios en los que se realizaba el almacenaje de grano, la molienda, el horneado y la venta de productos.
En total, se identifican en el artículo 23 estancias distintas, lo que da cuenta de la dimensión de esta hacienda que estaba a apenas unos minutos del foro de la ciudad. La mayor de ellas era el ‘atrium’ central, de casi cien metros cuadrados
Quizá lo único que le falte a esta reproducción sea ofrecer el olor que debía salir cada mañana de ese horno hacia las lomas de Torreparedones, pues por lo demás logra que el espectador pueda hacerse una idea muy detallada de cómo era la vida en este espacio y la importancia que debió tener la urbe en el periodo. Incluso se aportan vistas exteriores de conjunto , que facilitan imaginarse esta casa.
Según Irene Cáceres, para conseguir este resultado ha sido necesario no sólo un paciente trabajo tecnológico, sino también una base fundamental como los trabajos arqueológicos, que habían sido claves para dar sentido a estos restos, y el estudio de otras domus del periodo mejor documentadas o conservadas que permitieron solventar las dudas que pudiese haber sobre algunos espacios. Todo ese trabajo unido, sea más analógico o más digital, lo que ha conseguido es dejar para siempre el testimonio muy aclarador de lo que fue esta casa de una familia romana en los primeros años del Imperio.
Y es que Torreparedones sigue siendo uno de los yacimientos más vivos en estos momentos en Córdoba que no para de dar sorpresas. Una de las últimas es la ermita dedicada a las mártires cristianos Nunilo y Alodia.
Se cree que estuvo en pie hasta el siglo XVIII cuando se vio afectada por el gran terremoto de Lisboa . Existen referencias bibliográficas desde el siglo XV, aunque la mejor descripción la dejó el caballero veinticuatro de Córdoba Andrés de Morales cuando en 1644 visitó el lugar y describió los diferentes frescos que había en sus paredes en que representaban a las dos jóvenes, veneradas luego en numerosos lugares de España.
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