PRETÉRITO IMPERFECTO

Ambrosio y el movimiento

La ya candidata del PSOE y antes alcaldesa ha pasado de la pasividad a la simulación de la acción. Pura teoría mecánica

La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, en un acto con el consejero de Fomento de la Junta, Felipe López Valerio Merino

María Isabel Ambrosio ha descubierto el movimiento. En mecánica, el movimiento es un fenómeno físico que se define como todo cambio de posición en el espacio que experimentan los cuerpos de un sistema con respecto a ellos mismos, o a otro cuerpo que se ... toma como referencia. La ya candidata del PSOE a las próximas elecciones municipales y antes alcaldesa ha sufrido esta desviación inusitada con respecto a ella misma, pasando de la pasividad y la nada con sifón durante años a la simulación de la acción burbujeante en cuestión de días, en sí misma, y en menos que su partido perdía la Junta de Andalucía treinta y seis años después. Y se ha desplazado respecto al otro cuerpo que la sujeta en el Ayuntamiento, un ente descarriado y amortizado en las bocanadas finales de su empoderamiento grotesco. Todo cuerpo en movimiento describe una trayectoria. Está claro que doña María Isabel intenta sobrevivir al naufragio y dirige ya todos sus pasos hacia el 26 de mayo de 2019. Urnas en plena Feria de Nuestra Señora de la Salud . Un clásico. Ha dado por cerrado su mandato de las personas y los mantras, de las comisiones y los relatos gaseosos, las inmatriculaciones y los callejeros , el cosmos, los cercanías y los rescates...

La descripción y estudio del movimiento de un cuerpo exige determinar su posición en el espacio en función del tiempo. Restan, pues, seis meses para que entre fino Montilla-Moriles y jamón de Los Pedroches vayamos a votar, y nuestra candidata ha descubierto el movimiento, como decíamos, porque no le queda más remedio y ahí se ha hecho fuerte. Para ello, dicen los expertos en la mecánica, es necesario un sistema de referencia, y ha encontrado el manual perfecto de agravios, reclamaciones, soflamas, votos, promesas e ilusionismos que le tape las sombras, articule la coartada escapista y administre a los que miran una especie de lisonjera relajación que los suma en un «reseteo» compasivo que todo lo perdone. Porque ella nunca estuvo allí, apareció después.

María Isabel Ambrosio quiere imprimir fuerza a este movimiento apoyada en viejos resortes que parezcan nuevas catapultas. Creando una galaxia de satélites afines que la doten de la centralidad en torno a la cual gire todo y, por supuesto, el movimiento. Su biblia se llama «Plan Impulso», mas si menester fuera, acudiría puerta a puerta como disciplinada infante de la fe para reclutar por la siesta adeptos a la causa del neocordobesismo que reclama y brama para coser la herida histórica de una ciudad, más lejana y más sola que sus propios versos. Así hayan pasado treinta y seis años de gobiernos de progreso en la vecina Junta de Andalucía, de los que ocho dedicara María Isabel a administrar su poder por la verde liturgia sacra de los confines cordobeses. Así hayan pasado treinta años de ayuntamientos comunistas y socialistas en esta Córdoba doliente y silente de una brecha histórica y fatua.

María Isabel Ambrosio ha descubierto el movimiento como llega la primavera, sin que se sepa cómo ha sido. El movimiento se advierte andando pero con el adorno, además, de una prosopopeya lingüística que proporciona sensación de vértigo. Discursiva del movimiento. No importa que sean los mismos argumentos, las mismas palabras invertidas , los dobles sentidos, las viejas monsergas, similares signos de puntuación o un nuevo metalenguaje. El movimiento ha llegado para quedarse y ya nada será igual desde este preciso instante en que decimos adiós al sosiego y la quietud.

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