Alberca defiende que es «necesario» intentar entender las emociones del niño . En esa labor, advierte, los padres se topan con el obstáculo de que «tenemos una educación emocional muy pobre, confusa y, a veces, equivocada».
El educador y escritor aborda también las archiconocidas, para los padres, rabietas de los niños . Recuerda que son «una manifestación de ira y la ira es buena porque permite que no nos conformemos, que busquemos algo mejor».
Es importante, recalca, que a partir de los tres años se enseñe al pequeño «a gestionar bien esa ira» . Y surge la pregunta del millón: ¿ cómo se pueden controlar las rabietas ?
Alberca explica que hay un capítulo del libro en que habla de las «acciones preventivas». Sostiene que hay juegos y lecturas que preparan al niño a soportar la frustración, que es «algo que muchos niños no toleran». También hay una serie de pautas aconsejables para los adultos. Concluye indicando que « lo importante es que los niños no se salgan con la suya y evitar conductas caprichosas o que desemboquen en tiranía».
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