El 20 aniversario de ABC Córdoba

A los primeros que quiero darles las gracias es a ustedes, lectores. Con su confianza, regaron la semilla que plantó ABC aquí en el año 2000 hasta que arraigó tan fuerte como para llevar 20 años creciendo , y subiendo desde ayer. Apostaron por nosotros hace dos décadas cuando aquí había monocultivo: existía sólo una cabecera local de prensa escrita. Entiendo que fue porque les gustaron los frutos que empezamos a ofrecer, y que continuamos dando: un periodismo incisivo; de investigación; que no vive pendiente de la agenda informativa sino que quiere marcarla… Y todo ello venía arropado por ABC que seguía ofreciendo a los cordobeses la mejor información regional, nacional e internacional. Y en la actualidad, cuando en el lineal mediático, la oferta de prensa local se ha multiplicado, con el nacimiento de los digitales, continúan escogiéndonos.

Doy las gracias del mismo modo a todos aquellos, desde los personajes más públicos hasta los más anónimos, que han atendido a nuestras preguntas. Con sus respuestas, nos han ayudado a contarles y explicarles dos décadas de vértigo. Un periodo en el que, agárrense, que vienen curvas para la memoria, la economía se montó en una montaña rusa que nos llevó del boom al crack, para resurgir después; hemos contabilizado cinco alcaldes -incluida aquí la que se dio a la fuga con nocturnidad y alevosía-; vimos quebrar a Cajasur y renacer con éxito de la mano de Kutxabank ; tocamos el cielo de la Primera con el Córdoba CF para precipitarnos al infierno de la Segunda B….

Y tengo que dar las gracias, por supuesto, a todos los profesionales (personal de la redacción, publicidad y administración) que han pasado por ABC Córdoba y a los que hoy en día lo hacen posible. No citaré a nadie expresamente porque son muchos, y esta columna tiene las líneas que tiene, y porque, aunque tuviera todo el sitio del mundo, a un tío que no recuerda ni lo que cenó ayer se le iban a olvidar imperdonablemente muchos nombres. Sólo haré una triste excepción para nombrar a Antonio Muñoz , que murió en 2010 dejando un hueco en la redacción del tamaño de la Torre de la Mezquita-Catedral. Todos los magníficos profesionales de esta Casa son la formidable savia que alimenta a un medio que ha soplado veinte velas, pero que, ya se lo avanzo yo de fuentes muy bien informadas, tiene ganas de cumplir muchos más al servicio de nuestra razón ser, que son todos ustedes que nos leen.