Tragedia y solemnidad: así es 'Mater Lacrimosa', la marcha de Diego León y Alfonso Lozano para la Misericordia de Córdoba

'Mater lacrimosa', que ha sonado por primera vez en la basílica de San Pedro, se ha estrenado en la interpretación de la banda de música María Santísima de la Esperanza bajo la dirección de Diego León (hermano de la cofradía) y es una marcha de carácter fúnebre, pero también de mucho dinamismo y movimiento, más trágica que oscura. Así sucede en la introducción y primer tema, en que los clarinetes proponen notas trágicas y un clima muy agitado.

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Sigue a continuación un tema más dulce y recogido, que se expone en dos ocasiones, y que enseguida vuelve a la música más trágica. La música se interrumpe con llamadas de los trombones y sigue avanzando en compases que a muchos recordaron a los pasajes de las marchas más contemporáneas, de los mejores y más innovadores del siglo XXI. Sus autores no lo desmienten, pero también hacen mirar hacia lo que se escribía en las primeras décadas del siglo XX.

Así se ha demostrado con las transiciones entre unos temas y otros. El tema principal de la primera parte avanza en los trombones, con la misma tragedia y más intensidad hasta que empieza a diluirse en un clima casi silencioso. A partir de ahí llega lo que en música se llama trío o sección contrastante, que propone una frase muy sencilla que se reexpone varias veces.

Crea en el espectador una sensación de angustia que va creciendo hasta desembocar en una parte que retoma algo del primer tema y se hace más solemne, pero no es por mucho tiempo. La frase con que ha comenzado el trío aparece otra vez y sigue repitiéndose y a la vez creciendo, con cada vez más fuerza de los metales y de la percusión.

¿Final culminante? No tarda 'Mater Lacrimosa' en desmentirlo. Se inicia un pasaje más recogido y suave, en que la frase entona una despedida hasta que la obra se dirige de forma solemne hacia el silencio.

Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo 'escuchó' la obra vestida con la diadema estrenada en septiembre y saya roja para la inminente celebración de los Santos Mártires de Córdoba.

Así termina una marcha fúnebre y trágica, de una duración, seis minutos, no siempre habitual en este tiempo, que se incorpora al patrimonio musical que la Virgen de las Lágrimas lleva cada Miércoles Santo y que se alza como una de las más innovadoras escritas en la ciudad en los últimos años.