La Virgen de la Paz ilumina el camino hacia los Santos Mártires de Córdoba

La imagen obra de Cerrillo acudió a la basílica de San Pedro en el rezo de un Vía Lucis extraordinario como marco de los actos que anteceden a la esperada coronación canónica del 15 de octubre. Lo hizo sobre el paso de la Divina Pastora, al que se añadieron cuatro candeleros con cera rizada .

Lució a sus pies un  relicario  similar a la urna de los Mártires, que pertenece a la cofradía de la Buena Muerte. Este sábado la Virgen de la Paz regaló otra tarde más de multitudes compuestas de cofrades y turistas sorprendidos durante su fin de semana de patios.

Desde la icónica plaza de Capuchinos , por las calles cercanas se fue dirigiendo enclaves poco frecuentes en Ella, como la plaza de la Corredera y el Socorro. El destino era San Pedro, mientras la acompañaba la luz fiel de sus devotos. Las calles sorprendían engalanadas con colgaduras.

Aunque en conjunto y de frente saltaba a la vista el blanco, que era el color de su mantilla a modo de toca de sobremanto, estuvo lleno de simbolismo el tono rojo del manto que vistió. La pieza de la Reina de los Mártires, cedida por la Buena Muerte, tiene bordados de Antonio Villar y diseño del añorado Fray Ricardo de Córdoba.

Fue el vivo recuerdo a tanta sangre inocente derramada por su fe. Ya en la puerta de San Pedro, una representación de la hermandad de la Misericordia y los Santos Mártires recibe al cortejo. Es el momento de la eucaristía oficiada por el párroco de San Pedro, Domingo Moreno, y el consiliario de la Paz, Fray Francisco Martínez Melero.

Cargado de emoción en la capilla, el acto de veneración ante la urna que contiene las reliquias de los Santos Mártires de Córdoba, aquéllas mismas ante las que sólo una semana atrás estuvo el Arcángel San Rafael .

Es tiempo de luz y de reflexión. El rezo de la oración a los Santos Mártires de Córdoba, cuyo autor es el obispo, Demetrio Fernández, culmina estos intensos momentos ante la capilla barroca. Es la unión de dos cofradías que comparten horas en el Miércoles Santo desde hace ocho décadas.

La corporación del Miércoles Santo, que acaricia por fin la inminente coronación de la Paloma de Capuchinos, preparó a la Virgen de forma inédita.

Llevaba una saya de brocado del siglo XIX. Una tiara  de flores de talco del siglo XIX enriquecida con joyas del ajuar de la Virgen hacía brillar su rostro juvenil. Sustituye esta pieza a la habitual corona, en recuerdo de que lo que espera es la ceremonia del próximo 15 de octubre, aplazada desde 2020.

Tras la intimidad de las oraciones en la iglesia fernandina, llega el triunfal regreso a Capuchinos con los sones de la Banda de Música Municipal de Arahal.

En el repertorio no faltan las marchas 'Salve Regina Martyrum', de Gámez Laserna, y 'Paloma de Capuchinos', de Francisco Melguizo , que fue hermano mayor de la Misericordia. En el horizonte, el traslado a la Catedral en octubre para la Coronación Pontificia. Con la Paz, al cielo.