Viernes de Dolores | La Virgen recibe las oraciones de Córdoba en su viernes grande

Lo dicen las colas pegando a la cal del hospital y hasta el limpio resplandeciente del cielo, y no es un día más, ni un viernes más. Ni siquiera el día en que la espera de la Semana Santa está a punto de desbordarse, aunque lo sea. Es un día con nombre, es el Viernes de Dolores y de la Virgen de los Dolores .

Por eso aunque se pueda rezar de muchas formas y se pueda acudir a muchos vía crucis por las calles o en las iglesias, se empieza por la mañana a los pies de la Virgen de los Dolores . La luz y la estampa son eternas y a la vez se renuevan todos los años, porque quienes acuden traen cada año cuitas distintas y agradecimientos nuevos .

De alguna forma se miran a sí mismos al mirar el rostro de fina palidez, el dolor absoluto, de Nuestra Señora, porque en Ella han escrito una gran parte de sus afanes diarios. Su culto no es de besamanos ni de preciosismo en este día: sus devotos esperan, entran, rezan y se marchan , y al salir lo hacen con una expresión distinta.

Hay varias misas en esta jornada, pero la más importante es la de regla, que ha presidido, como es tradicional, el obispo, Demetrio Fernández , ante el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno; y el alcalde de Córdoba, José María Bellido .

Ante la Señora de Córdoba, el prelado se ha hecho las preguntas que muchos se hacen: «¿Por qué tenemos que sufrir? ¿Dios está ausente? ¿Qué parte toma?». La respuesta es que Jesús, con su Madre, ha asumido «todos los sufrimientos ».

En su pasión, ha explicado, «quiso experimentar hasta la ausencia, lo que parece el abandono de Dios». Pero el cristianismo «no es la religión del sufrimiento, sino que el hombre sufre porque es hombre». «Para eso está la Virgen, que acompañó a Cristo y ahora nos acompaña a nosotros», ha resaltado Demetrio Fernández.

De haber pasado antes «un dolor extremo» también lo hace ahora con todos los que se acercan a rezarle. Y lo ha hecho en este reciente tiempo de pandemia, en que, hay personas, «cuando nadie podía acercarse», que han sentido cerca la presencia de María en la enfermedad y en la proximidad de la muerte.

Así que entre otras cosas, a la Virgen de los Dolores hay que ir en este 2022 «a darle gracias». Se ha felicitado además por la cercanía de la Semana Santa, «que se tomará con ganas después de dos años de ayuno» y ha hecho votos para que «esté llena de sentimiento ».

A los pies de la Virgen de los Dolores se ha rezado varias veces el 'Stabat Mater' , que tanto se invocará en estos días, y han seguido llegando personas sencillas para rezar en silencio. Muchos han buscado también a la Virgen de la Paz, resplandeciente de blanco en Capuchinos. Es un viernes con nombre en Córdoba.