Semana Santa de Córdoba 2018: La Mezquita-Catedral, en manos seguras

Manuel Fontiveros , responsable de Seguridad, explica que el trabajo del equipo de seguridad es el de «garantizar la integridad tanto del monumento como de las personas que acceden a los palcos y sillas del patio de los Naranjos y a la Mezquita-Catedral como parte del cortejo procesional».

Su labor es más fácil desde la apertura de la segunda puerta en el principal templo de la diócesis, que permite un discurrir fluido de hermandades y el minucioso plan de seguridad coordinado con las autoridades, de forma que la permanencia de alguna hermandad en el templo refugiada a causa de la lluvia sea la incidencia más destacada.

Para abordar este capítulo hay que recordar que el templo, desde el año pasado, es parte de la carrera oficial y eso ha hecho que todas las hermandades hagan estación de penitencia en su interior. Además de incrementar el trabajo del equipo encargado de la seguridad del monumento, a las órdenes de Fontiveros, los vigilantes que desempeñan su labor en algunos de los rincones más bellos del templo tienen «una perspectiva de la Semana Santa difícil de experimentar» y seguro que envidiada por muchos.

Los propios vigilantes afirman que escuchan «el racheo de los costaleros» entre el bosque de columnas durante la hora, de media, que dura la estación de penitencia de una hermandad dentro del templo. Eso no está al alcance de muchos. Lo disfrutan los integrantes del cortejo, capataces, costaleros y nazarenos, y quienes se ocupan del transcurrir fluido y en orden de la hermandad dentro de la Mezquita-Catedral.

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