«El Rocío empieza y termina en la mirada de la Virgen»

Nacido en Córdoba, se trataba de la primera vez que Jiménez se enfrentaba al atril , ya que su mayor dedicación ha estado siempre encaminada hacia la música. En su disertación, donde primó más el verso que la prosa , el pregonero estructuró el texto en varios temas muy diferentes, aunque el hilo conductor fue siempre la devoción hacia la Virgen del Rocío . De esta forma Jiménez elogió el dificultoso camino que la hermandad del Rocío de Córdoba realizó el pasado año. Un camino donde la filial cordobesa sufrió la virulencia de una climatología adversa en uno de los caminos más duros que se recuerdan. «Lo de Córdoba es digno de elogiar».

Muy sentidos fueron los versos que el pregonero dedicó a una persona muy importante tanto para él como para la hermandad del Rocío de Córdoba. Se trata del padre Quevedo , un jesuita y escritor muy vinculado a las hermandades del Rocío y que falleció hace unos años. De esta forma Jiménez quiso expresar su agradecimiento hacia esta persona por todo lo que aportó a la celebración del Rocío, así como su relación con la hermandad de Córdoba.

Además, con anterioridad al mismo y durante el desarrollo del propio pregón, intervino el coro de la Hermandad del Rocío de la Macarena , estando presentes igualmente miembros de su junta de gobierno. En su texto el pregonero también tuvo cabida para hablar no sólo de la Virgen, sino que también del Espíritu Santo, ya que es aquí donde radica el origen de la festividad de Pentecostés , fecha en la que se celebra el Rocío.

Finalmente Jiménez no dejó pasar la oportunidad de manifestar su disconformidad con que el primitivo Simpecado de la hermandad del Rocío de Córdoba esté en un museo y no sea utilizado por la hermandad. Por esta razón dedicó sentidos versos al primitivo Simpecado, reivindicando que debería volver a donde nunca debió de salir, a sus hermanos y a su hermandad. Con anterioridad al pregón fue presentado el cartel anunciador de la Romería, obra deAbraham Ceada.