Rezos silenciosos para la Buena Muerte de Córdoba

Tras la misa de hermandad, que comenzó a las 20.30 horas, se produjo la salida del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. La imagen, portada al hombro de forma sencilla por varios hermanos de la cofradía silenció San Hipólito ya entrada la noche cordobesa. El olor a incienso recordó a la madrugada en la que el Señor deja su sello por el centro de la ciudad.

Durante el recorrido, en el que la imagen estuvo acompañada por el quinteto de música de capilla de la banda de la Espera nza de Córdoba que puso el tono solemne al acto, se fue realizando el rezo del Via Crucis. El cortejo estuvo formado por unas cuarenta parejas de cirios.

El cristo de la Buena Muerte recorrió la plaza de San Ignacio de Loyola, plaza del Escudo, Pintor Cuenca Muñoz, plaza de Aladreros, Menéndez Pelayo, José Zorrilla, Concepción, avenida del Gran Capitán, Don Alonso de Aguilar y regresó a la plaza de San Ignacio de Loyola poco después de las once de la noche.

No fueron pocos los cofrades y los devotos del Cristo de la Buena Muerte los que se sumaron durante el recorrido a ver de cerca una de las imágenes más reconocidas y queridas de la Semana Santa de Córdoba en un ambiente muy reconocible y muy similar al de la madrugada de Córdoba , donde impera y manda cada año.