La obra del imaginero cordobés Francisco Romero Zafra ondea al viento en Brasil

Esta imagen de Cristo abrazado a la Cruz la realizó para la villa de La Orotava, de Tenerife en 1998. El vídeo , que ha conocido el autor natural de La Victoria por mediación de un amigo, prueba, a su juicio, el auge de la devoción en Iberoamérica: «Me he quedado sorprendido . No sé ni la entidad que lo ha organizado. No sé nada más, aunque he buscado mucho», afirma.

La expectación es grande entre el público, que asiste en pequeños grupos distanciados para prevenir contagios de coronavirus. Durante los 54 segundos de la grabación, se perciben aplausos y vítores de los asistentes mientras una voz masculina narra entre exclamaciones en portugués con acento brasileño y dice «¡Qué privilegio !».

La maniobra para desplejar la lona, de tonos azules, es complicada, pues implica el vuelo de un globo aerostático que tira de los hilos. Una paloma sobrevuela la cabeza del Cristo de la Salud, y en la zona inferior un Nazareno avanza con la cruz hacia el monte Calvario.

«Me siento orgullísimo de que hayan cogido una imagen mía», explica. Lejos de enfadarse por asuntos de derechos de autor , le parece «un acto muy bonito; me hubiera encantado haber estado allí, pero, claro, no es posible, y más ahora con la pandemia». Estas imágenes se captaron hace una semana y Romero Zafra asegura que es Brasil por los comentarios que se escuchan.

«En Latinoamérica, la gente es muy devota , tiene mucha fe y se les ocurren hacer otras cosas», explica Romero Zafra sobre este acto religioso. En este contexto rompedor se enmarca también la tendencia de tatuarse sus creaciones, muchos de ellos, raperos y actores. Son numerosos los tatuadores españoles y del otro lado del Atlántico que recurren a este tema. Él no suele tomarse mal que otros utilicen sus imágenes, siempre que lo hagan « decentemente y sin provocar».

Esta conversación con ABC se produce mientras él está trabajando «a tope» en su taller, junto a sus dos ayudantes desde hace diez años, Juan Jiménez y Pablo Porras . La pandemia no les ha afectado negativamente, «para nada», reconoce. Entre sus proyectos actuales figura la culminación de las figuras del misterio de Nuestro Padre Jesús del Amor Despojado de sus Vestiduras, de Cádiz.

Hace trece años esculpió al Señor, recientemente terminó un romano y un sayón; ahora afrontan los tres últimos, los ladrones Dimas y Gestas, y otro romano. Para Córdoba, cuatro angelitos que faltan para el paso del Señor de la Coronación de Espinas.

Desde Cáceres le han pedido un Despojado. En México esperan la terminación de un Calvario, con Cristo, San Juan y la Virgen. En Nápoles le han encargado un Amarrado a la Columna, y en Valladolid, un San Juan de talla completa. Trabajando con personas de otras ciudades, la dinámica de la época Covid es hablar por teléfono y él, al terminar las obras, las prepara en un cajón para ser transportadas con todas las garantías y lleguen intactas a su destino. Es lo que ocurrirá pronto con una Dolorosa que partirá rumbo a Filipinas .