La Misericordia vuelve la mirada al convento de Santa Marta por la fiesta de los Patios de Córdoba

En el año en que el certamen municipal alcanza su centenario, se renueva y fortalece una vez más el gran vínculo que existe desde el pasado entre la comunidad de religiosas jerónimas y la cofradía (que alojó temporalmente en este convento a sus sagradas imágenes entre 1985 y 1998 por obras en su sede de San Pedro).

En esta ocasión las monjas, que cuidan este patio durante todo el año, han recibido para el montaje la ayuda de un grupo de treinta hermanos de la Misericordia a la hora de colocar las macetas, las plantas y otros elementos ornamentales.

Entre las nuevas plantas de temporada figuran surfinias, petunias, geranios, gitanillas, rosas, calas, rosas de pitiminí, hortensias, 'conejitos' y pelargonios, según explica el hermano mayor de la Misericordia, José Manuel Maqueda .

Las especies permanentes son un jazmín, dama de noche, buganvilla, celinda, helechos, cica, parra, dos naranjos, dos ficus y una yuca.

El patio, situado en la calle Santa Marta, 10 , concursa por primera vez en el centenario certamen municipal dentro de la modalidad de arquitectura antigua y tiene más de 100 metros cuadrados. Es uno de los seis que posee el monasterio y ofrece a sus visitantes descanso físico y espiritual.

La cofradía volverá a colaborar con las monjas de Santa Marta en los horarios de visitas al público entre el 3 y el 16 de mayo, con la presencia de uno o dos hermanos en el patio, junto a los controladores que dispone el Ayuntamiento para el acceso. Las religiososas no estarán presentes, por ser de clausura.

Recuerda en un comunicado la Misericordia que «históricamente, los patios de acceso a recintos monacales servían de transición » entre el bullicio de la vida exterior y la paz del interior. Este espacio alberga las tres entradas a las partes del convento que representan los tres ejes del carisma de la orden jerónima.

El lado sur da paso a la hospedería donde alojan a personas vinculadas con la orden llegadas de fuera; el lado oeste es la puerta de entrada a la clausura , donde desarrollan la vida diaria; y la parte norte, que se abre a la iglesia donde rezan. Este templo posee una fachada de Hernán Ruiz I, terminada en 1511.

En el caso de recibir un premio, será íntegro para la comunidad religiosa, indica José Manuel Maqueda. Durante todo el año, la hermandad colabora en su apartado de obra social con estas religiosas.