Historia
La semilla del Vía Crucis Magno y de todos los demás: cuando el Beato Álvaro de Córdoba recreó Jerusalén en Scala Coeli
Hace seis siglos el reformador dominico rezó las estaciones de la Pasión como había visto hacerlo en Tierra Santa
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Córdoba
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Iniciar sesiónEl Magno Vía Crucis Diocesano 'Córdoba, Vía Sacra de Occidente' se realiza por una efeméride concreta. Se cumplen seis siglos del momento en que el Beato Álvaro de Córdoba volvió a la ciudad de una peregrinación a Tierra Santa, y en el ... convento de Santo Domingo de Scala Coeli hizo lo que había visto allí: rezar las estaciones de la vía dolorosa del Señor.
Para muchos historiadores, es el primer vía crucis de Occidente, y la cita del sábado es la ocasión para mirar a la figura de alguien a quien Córdoba veneró durante siglos como santo y que es patrono de la Agrupación de Cofradías.
Se piensa que Álvaro nació en Zamora, entre 1385 y 1360, y que tenía ascendencia cordobesa. Por eso tomó el hábito de la Orden de Predicadores en el convento de San Pablo. Fue un fraile destacado, de ardiente oratoria como corresponde a los dominicos, que peregrinó a Tierra Santa y allí, en Jerusalén, vio cómo los peregrinos hacían la Vía Sacra o Vía Dolorosa, es decir, los lugares en que se vivió la Pasión de Jesús, desde el huerto de los olivos hasta el palacio de Pilato siguiendo por el camino hacia el Calvario. Aquello le marcó y al regresar a Córdoba quiso reproducirlo.
Las claves de la carrera oficial del Vía Crucis Magno
Luis MirandaHabrá imágenes en el recorrido común entre las 18.00 y las 23.30 horas
Encontró en la Sierra de Córdoba un paraje que le recordó a Jerusalén por las colinas y por el arroyo que corría, parecido en su memoria al torrente del Cedrón. Allí fundó en el año 1423 el convento de Santo Domingo de Scala Coeli, con el que inició una reforma de la orden dominica, pero sin ruptura con lo anterior, sino más bien volviendo a las fuentes a través del convencimiento de sus hermanos.
Allí reprodujo los recuerdos de Jerusalén. Se retiraba a orar a una meseta en que había una cueva y la llamó Getsemaní, porque plantó olivos. Llamó Cedrón al arroyo y al valle y el convento y la iglesia serían el equivalente de Jerusalén. Al sur plantó tres cruces, a una distancia similar a la que hay hacia el Calvario, y en el camino puso capillas representando las escenas de la Pasión.
Allí estaba el camino en que se iría rezando el que ahora se llama vía crucis, y que fue, como sostienen muchos historiadores, aunque no todos, el primero de Occidente.
Estaciones
Lo proclamó otro dominico, el obispo Fray Albino, cuando dijo que éste había sido el primer vía crucis después del de Jerusalén. Era un vía crucis con ocho estaciones, que será el que se reproduzca en el segundo bloque del sábado: oración en el huerto, prendimiento, flagelación, coronación de espinas, condena a muerte, Jesús con la cruz a cuestas, crucifixión y entrega del cuerpo a la Madre.
Para Álvaro era un momento importante, porque sus biógrafos cuentan que tenía una imagen de la Virgen con el cuerpo de Cristo en brazos, que pudo haber hecho él mismo y a la que rezaba con tanto fervor que a veces arañaba. Por eso se considera que trajo a Córdoba la devoción a la iconografía y advocación de las Angustias, y la cofradía decana lo nombró protohermano e impuso su medalla al busto.
A San Álvaro también se le atribuye un milagro. Al volver de una meditación por la Sierra encontró a un hombre malherido, lo envolvió en la capa y lo llevó al convento para ayudarlo, según el mandato evangélico de que lo que se haga con el prójimo se hace con el Señor.
Y eso sucedió: al abrir la capa no estaba aquel hombre, sino una imagen de Cristo Crucificado. Es el que se conoce como Cristo de San Álvaro y estará en el altar del Magno Vía Crucis este sábado.
Desde su muerte, el 19 de febrero de 1430, se veneró a Álvaro de Córdoba como santo. En el Centro de Córdoba hay una calle de San Álvaro, hubo un club de fútbol y un colegio y la hermandad se titula de San Álvaro.
Córdoba siempre lo llamó San Álvaro tras su muerte en 1430, pero desde 1741 sólo tiene la consideración de beato
Sin embargo, desde que comenzó la creación de una parroquia con su nombre en Poniente se supo que sólo era beato, desde el año 1741, mucho después de que se escribieran biografías de San Álvaro de Córdoba.
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