San Nicolás y San Eulogio de la Ajerquía, la desaparecida parroquia de Córdoba en que nació la hermandad del Huerto

Allí se fundó en el siglo XVII la cofradía del Huerto y allí permaneció hasta el cierre del templo a finales del siglo XIX para trasladarse a la iglesia de San Francisco, con toda la parroquia.

Noticia Relacionada

Un paso para otra época: el Amarrado a la columna en los años 40

Desde 1927 hasta 1962 la cofradía del Huerto formo parte de la nómina del Martes Santo

De ella no queda más que ese recuerdo, pero en la Córdoba barroca era insólito que una cofradía de penitencia se estableciese en un templo parroquial. Las demás lo hicieron en hospitales o en conventos masculinos, con excepción del Resucitado, que se quedó en Santa Marina.

No debió de estar entre las más valiosas. Teodomiro Ramírez de Arellano la describe en sus 'Paseos por Córdoba' y dice que en su lugar hubo una mezquita, aunque debió de ser pequeña. Inicialmente, en la Edad Media, se llamó de San Nicolás de Bari y desde el siglo XVII también se dedicó a San Eulogio, clérigo cordobés martirizado en el siglo IX. Se le añadió el 'de la Ajerquía' para diferenciarla de San Nicolás de la Villa, que estaba en la parte alta de Córdoba.

Era «oscura y muy baja, con muchas columnas» y tuvo muchas obras. Primero, una reconstrucción en tiempos del obispo Leopoldo de Austria, en el siglo XVI, y más tarde cuando era pastor Marcelino Siuri, ya en el XVIII. También dejó dinero Miguel Vicente Cebrián, al final de esta centuria. Quizá de esta época fuera la portada neoclásica que sobrevive.

Ramírez de Arellano describe el retablo «del mal gusto de esta época» y habla de devociones como la Virgen de las Huertas y la de Loreto, cuya cofradía estuvo unida a la del Huerto en el siglo XVIII.

Tenía hermandad de Ánimas, como tantas parroquias, con altar propio. Al llegar al Señor del Huerto explica que se dice que es de Alonso Gómez de Sandoval, «y que el pie que tiene descubierto lo hizo en competencia con otros escultores».

Al escritor le parece más antiguo y acierta, porque los historiadores piensan que data más bien del siglo XVII. Tuvo también la iglesia parroquial una imagen de Santa Lucía, que llegó de un hospital que estaba en la vecina calle Mucho Trigo.

En la parroquia de San Nicolás y San Eulogio de la Ajerquía recibió las aguas del bautismo en 1874 el pintor Julio Romero de Torres. Tres años más tarde, la parroquia se trasladó a la iglesia del antiguo convento de San Pedro el Real, que había sido de los franciscanos, y que estaba entre las más monumentales de Córdoba.

Se le dio el nuevo nombre de San Francisco y San Eulogio, que fundía el pasado del templo y el de la parroquia. Allí llegó el Señor del Huerto en una época en que su cofradía estaba casi desorganizada. Renació poco después, ya con el Amarrado a la columna, para sumarse a la Semana Santa que luchaba en aquellos años por volver a ser lo que era.