El regreso de los bordados de Caro a la Semana Santa de Córdoba tras medio siglo de sus obras emblemáticas

Es una casa con algo más de un siglo, que comenzó con José y Victoria Caro, pero que alcanzó su mayor esplendor tras la Guerra Civil cuando tomó el testigo su sobrina, Esperanza Elena Caro (1906-1985).

De aquel taller salieron muchas de las obras más importantes de la segunda mitad del siglo XX, como el manto de la coronación de la Virgen de la Esperanza Macarena, estrenado en 1964.

En Córdoba la cofradía de la Buena Muerte encargó a este taller el manto y el paso de palio de Nuestra Señora Reina de los Mártires, considerados el mejor conjunto de la ciudad, además de varios elementos de su guion procesional, como el bacalao.

Para la Virgen de los Dolores hizo dos mantos. En 1966 realizó el corto, el único de su ajuar que no tiene una larga caída y en 1973, ahora hace medio siglo, el que donó la hermandad de Alféreces Provisionales.

Tiene en el centro el escudo de esta institución y lo lleva la Virgen muchas veces el día de la Purificación, cuando pasan los niños bajo su manto. La Señora de Córdoba lo lució en las calles el Viernes Santo de 1978.

La cofradía le encargó además su estandarte corporativo. El taller ahora se llama Sucesores de Caro, está a cargo de Carla Elena y mantiene el interés de hermandades de toda Andalucía para sus trabajos. El taller ya hizo un manto negro para la Virgen de la Quinta Angustia y ahora vuelve con un nuevo palio.