Raúl Muñoz, la fuerza juvenil de las devociones de Córdoba

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Valerio Merino

El cofrade Raúl Muñoz ofrece en San Pablo una intervención repleta de sentimientos, fervor y vivencias

Las palabras y la musicalidad contaron en los momentos previos e intermedios con la interpretación de marchas procesionales al piano, interpretadas por Clara López García. Como presentadora del pregonero ejerció Carmen García Cañas, cofrade de Ánimas.

Los valores de los jóvenes en las cofradías y la devoción popular a la Virgen de los Dolores estuvieron muy presentes también. Raúl Muñoz, de 21 años de edad, es hermano de las cofradías de Ánimas, Caído y el Socorro. En 2022 fue pregonero de Juventud de la hermandad del Caído. Es estudiante de Conservación y Restauración en la Universidad de Sevilla.

Muy hermosas palabras brindó Raúl Muñoz en una simbiosis dedicada al Cristo y a Jesús Caído: «Eres el lirio morado, del monte de tu calvario, quien llegó un día este mundo, para liberarnos del pecado, que por el peso caíste, y por amor, crucificado, el mismo cielo rendido, el mismo cielo entregado, por tu silencio Señor, hablándote a viva voz, en este pregón me declaro; de tu muerte el servidor, y de tu bella caída esclavo (...) Siempre será primavera, para quedarme enamorado, si mi alma contigo se queda entre que voy a San Lorenzo y vuelvo a San Cayetano».

A su Virgen del Mayor Dolor en su Soledad le dijo: «Y el Dolor en el Carmelo, y de mis dudas el apelo que mi madre que siempre estará en la tierra o en el cielo, que por nombre es Soledad, mi beso que es el tuyo, y que para Ti es un 'Te quiero'».

Y le rezó a la Virgen del Socorro: «Las fuerzas en Ti no acaban, las luchas por Ti no cesan, pues en Ti está la providencia, y el rezo en tu plegaria, donde los ojos se clavan en tus perfiles de Reina de tu cara soberana, Reina que eres María y del Socorro Coronada».

Además, cuando se dirigió al Señor y a la Virgen tuvo referencias a otras muchas advocaciones que configuran la Semana de Pasión cordobesa. Y como nombre propio reseñó el de Fray Ricardo de Córdoba.

La primera marcha fue 'Soledad en Jueves Santo', y en el pasaje de la Virgen de los Dolores sonó 'Macarena' de Cebrián. El altar que acompañó al pregonero combinó lo devocional con reminiscencias taurinas.

Junto con un crucificado y una dolorosa, estampas y fotografías enmarcadas invitaban a la evocación. Y también a su lado, un capirote con el cubrerrostro del Caído, una montera, un estoque y un capote de paseo.