El pasado 30 de junio la asamblea de hermanos mayores votó en contra con 18 votos frente a 15 a favor, tres en blanco y uno nulo. Pero al ser secretos, no se exponen las razones.
El hermano mayor de la Quinta Angustia, Rafael Jaén, insiste en declaraciones a ABC en que con la carta siguen sin conocer los motivos por los que la asamblea no ratificó su ingreso en la Agrupación. Se detalla la cuantificación de la votación, pero «ninguna motivación».
Subraya Jaén la contradicción que ven en el punto del orden del día, en el que ponía «ratificación de ingreso» y luego se procedió a votación. Los estatutos establecen que debe ser pública, salvo cuando se refiera a personas concretas.
Aunque el escrito no cita la posibilidad de recurrir, entiende que «al ser un acto reglado cualquier resolución tiene derecho a ser recurrida«. Y el contenido del recurso de la Quinta Angustia será en el sentido de pedir explicaciones.
«Esto es un atropello y una injusticia, es un error. No hay precedente y no se ha producido con anterioridad». Recuerda que el 20 de octubre de 2021 entregó cuatro copias de un exhaustivo expediente con los estatutos y la actividad de la hermandad con copias para la Agrupación, el obispo, el vicario general y el delegado diocesano para las cofradías. Desde el 14 de octubre de 2020 está reconocida como cofradía por decreto del obispo.
Un veto
En la Quinta Angustia no entienden cómo ahora «se puede poner un veto y contravenir una situación de normalidad absoluta, cuando las hermandades que nos han precedido han entrado en la Agrupación sin ningún problema«.
Y va más allá su hermano mayor : «Lo que tenemos que despejar es que haya gente que pudiera pensar: si le han dicho que no, a ver qué ha hecho la hermandad para que le digan que no. No se puede volver la tortilla del revés«.
Rafael Jaén recuerda que la Quinta Angustia tiene once años de existencia, está cercana a los 400 hermanos, pero su masa social junto a costaleros y feligreses de la Merced supera el medio millar. Ante ellos «tenemos que rendir cuentas y como entidad jurídica tenemos que tomar las medidas que benefician a la hermandad».
Desde el 1 de julio, la hermandad no ha dejado de recibir mensajes de personas de otras hermandades de Córdoba y fuera de ella, así como de fieles de la iglesia de la Merced en los que le expresan su indignación por lo ocurrido.
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