Semana Santa
Norberto Samblas, La Bendita Locura: «En este bar se supone que no se debe hablar de fútbol, de política, ni de hermandades»
La taberna cofrade de la plaza del Cardenal Toledo, testigo de la pasión por la Semana Santa de Córdoba durante todo el año, entre incienso e imágenes
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El nombre habla por sí solo. La Bendita Locura es una taberna cofrade que regentan Norberto Samblas y Antonio Sánchez, ambos cordobeses nacidos en el año 1983, en la que se respira a Semana Santa cada minuto del año, así que estos días mucho más.
Abrió sus puertas en el año 2016 y cada Cuaresma alumbra un cuadro propio, con fotografía artística de Alejandro Bustos, quien desde 2017 ha ido dando cabida a las imágenes titulares de algunas de las hermandades cercanas a la plaza del Cardenal Toledo, número 2, donde se sitúa. Este año es la Virgen de los Dolores la que tiene el protagonismo absoluto.
De sus paredes cuelgan sin dejar ni un milímetro libre de la pared fotos enmarcadas, algunas adquiridas, pero la mayoría donadas por las hermandades. Las estampitas que los clientes de fuera de Córdoba van dejando también son un rito espontáneo en este cruce de caminos y devociones de los pueblos de la provincia o de otros puntos de España que gusta mucho también a los turistas.
Carteles y fotos llenan las paredes, la cera rizada, el incienso y los vídeos de procesiones ponen a la clientela en modo cofrade.
-Desde su apertura la taberna se ha ganado la devoción de los amantes de la Semana Santa y de las hermandades vecinas, ¿cómo es esa confraternidad con los clientes y cofradías de la zona?
-Nos llevamos bien con todo el mundo. Esto es un sitio de reunión cofrade en general, no sólo para la gente de aquí cerca. Obviamente los que están más cerca vienen más entre semana más habitualmente, y es un trabajo que la gente no ve durante todo el año. Con el Císter, la Paz, los Dolores, con todos tenemos buena sintonía, y con todas las hermandades, gracias a Dios.

-La Bendita Locura es como un santuario moderno, con incienso, y la prueba de que para muchos la Semana Santa es todo el año, ¿verdad?
-Sí, incienso y tenemos imágenes cofrades de vídeos puestos durante todo el año, prácticamente. Aunque cuando llega la época de la Cruz de mayo cambiamos la sintonía de música. En el ambiente navideño, ponemos música navideña. Estamos en una zona que hay mucho turismo. Al extranjero que viene le llama mucho la atención ver pasos de la Semana Santa en la tele o ver el bar con los marcos de la Semana Santa, la música, y siempre se suelen parar por eso. La verdad es que Córdoba está creciendo mucho en el tema del turismo en los últimos años. Aquí han hecho apartamentos turísticos cercanos, abrieron el hotel que estaba aquí cerca al lado de García Lovera, está el Hotel Soho de Capuchinos, tenemos bastante movimiento.
-¿Cómo se preparan para estas bullas que les vienen a la taberna?
-Como ya es nuestra novena Semana Santa, o la séptima (porque hubo dos años de Covid), con la experiencia que tenemos todos los años se presenta algo nuevo, pero siempre nos preparamos más o menos igual. Le hicimos una pequeña reforma al local en el año 2022 por darle un lavado de cara y por darle un toque diferente. Intentamos estar siempre al día, podemos fallar como humanos que somos, pero como ya llevamos tantos años la experiencia hace bastante.
-¿Amplían algo el personal para estos días puntualmente, los camareros, en cocina?
-Sí, tenemos un equipo grande de trabajo porque aquí el punto fuerte del trabajo es el fin de semana, pero como abrimos normalmente casi todos los días del año, exceptuando los lunes que hay temporada más baja o ya cuando llega el verano, pues en un fin de semana aquí necesitamos por lo menos seis personas para trabajar. Nuestro periodo fuerte es desde Cuaresma hasta que acaban las Cruces de mayo más o menos, que empieza ya la calor, ahí es donde intentamos también tirar de los trabajadores extras que tenemos y darle más horas.
-Cuando la lluvia hace acto de presencia se habla mucho del daño que le hace a las procesiones, pero también les incomoda a ustedes, ¿no?
-Claro, lo que tenemos por dentro es chiquito y tenemos una terraza, con el agua al final la gente sale a la calle, pero claro, si tuviéramos un local grande interior... pero al final el agua daña a todo el mundo.
Temporada alta
«Nuestro periodo fuerte es desde Cuaresma hasta que acaban las Cruces de mayo y ahora en Semana Santa los montaditos Piripi y Costalero son los que más se venden»
-Aun así, hay mucha cantidad de gente moviéndose para ver las procesiones o las iglesias, en su defecto, y hay que recobrar fuerzas, ¿qué tienen preparado para esta Semana Santa, además de sus famosos montaditos?
-La carta normal de montaditos la mantenemos en Semana Santa. Antiguamente sí hacíamos bocadillos porque los años primeros teníamos en el Centro más pasos con la anterior carrera oficial y sí preparábamos bocadillos, pero desde que ya no pasan tantos ya hacemos la carta normal. Los peroles de autor sí se hacen durante la Cuaresma y ya estamos programando para después con los grupos de costaleros para tener peroles de hermandad. Este año hemos hecho un par de ellos o tres. Están bien porque hay costaleros que se ofrecen, ellos lo hacen, nosotros le ponemos los ingredientes y ellos lo hacen y están con una reunión de amigos.
-De los montaditos atraen la atención los que se llaman Palermo, Revirá, ¿cuáles son los más pedidos?
-Son nombres cofrades... tenemos el de Piripi, que es con bacon, alioli, tomate natural y queso, y luego tenemos el Costalero, que es el de pringá. Todos salen, pero esos son los top ventas. Luego tenemos comida fría, ensaladilla, tortilla con salmorejo, tenemos carrillada, albóndigas caseras, una carta amplia para un tapeo y para que luego la gente disfrute de la plaza.
-Todo acompañado de una buena cerveza, ¿siguen poniendo los conocidos jarrillos?
-Sí, seguimos teniendo jarrillos, pero ahora ya lo que se estila sobre todo es el cañón de cerveza de Cruzcampo, la verdad es que es uno de nuestros puntos fuertes, la cerveza está muy fría, tenemos bastante tirada.

-La línea de camisetas de La Chicotá, ¿la siguen vendiendo?
-Sí, ahora mismo sí. Sigue habiendo una línea de camisetas creada por uno de los socios. La producción que se hizo se está intentando ya terminar. Eso y unos incensarios pequeñitos que hay.
-Estas paredes deben de escuchar muchas primicias de temas que se mueven en el mundo de las cofradías, ¿no?
-Siempre digo que en los bares se supone que no se tiene que hablar ni de fútbol ni de política. Pues aquí digo que ni de fútbol, ni de política, ni de hermandades (sonríe). Te intentas enterar de muchas cosas, pero en las hermandades al final cada uno 'barre' siempre para la suya. Como en el fútbol y la política, cada uno tira para su casa.
-Algún que otro 'secreto de confesión' oirá.
-Al final los hermanos mayores o la gente más cercana a la junta, de venir tanto al final son amigos. Las hermandades tienen mucho trabajo que no se ve, las cosas como son. Ves a gente que viene durante todo el año, es devoción, es digno de alabar. Que las hermandades salgan a la calle, tiene un coste importante y tiene mucho trabajo de hermanos.
-¿En qué otras épocas hay movimiento también?
-Hay muchos más pasos de los que nos imaginamos porque la Pastora de Capuchinos que sale de aquí atrás en septiembre, por ejemplo. En época de verano aquí sale la Virgen del Carmen, por ejemplo, que va por la Cuesta del Bailío. Al final es un trabajo que no se ve. El tema cofrade no decae. Al final del año hay una Magna en octubre. Ahora hay tiendas cofrades que van a más, igual que los bares cofrades. Estaba La Trabajadera, luego montamos nosotros, y han evolucionado a varias más: La Venia, La Revirá, por aquí por la zona, de hecho son amigos los dueños.
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