La juventud sostiene con su empuje el fervor por la Virgen de la Fuensanta en Córdoba

Como vienen haciendo cada 6 de septiembre de la historia más reciente, septiembre está pintado de alegría porque los jóvenes pertenecientes a las cofradías de penitencia y gloria, junto con los de la Delegación diocesana de Juventud prueban públicamente con su presencia que hay relevo en las hermandades en torno a las tradiciones de más arraigo.

Muchos de ellos aún con la experiencia latente en el alma y la sonrisa de la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa junto al Papa Francisco se pusieron esta jornada vespertina del miércoles ante la Virgen de la Fuensanta, con devoción popular desde el siglo XV.

Decenas y decenas de jóvenes dieron vida a este alargado cortejo en torno a la patrona de las hermandades, que fue coronada canónicamente en 1994 y que es Copatrona de Córdoba junto a los mártires San Acisclo y Santa Victoria.

Del santuario de la Fuensanta, epicentro de fervor y peregrinación todos los días del año y principalmente estos días en los que el verano languidece, partió esta riada de fe y colorido hacia la Catedral.

Nuestra Señora de la Fuensanta, Regina Cordubensis, mientras era trasladada en parihuelas, recibió las oraciones y cantos de la juventud cofrade y de numerosos devotos que acudieron a recibirla durante su salida.

Esta delicada imagen cautivó con su dulzura los corazones de niños y mayores que a su paso le lanzaban besos y vivían con emoción una fiesta de la Fuensanta más.

Con anterioridad habían llegado los ramos de flores a los pies de la Virgen y el ritual de la bendición de las aguas del Pocito, a cargo del párroco, Ignacio Sierra, en este lugar que emana agua santa y que ha sido testigo de milagros y curaciones desde hace siglos.

Estas fiestas populares en el plano devocional acaban de comenzar y tendrán su momento culminante el 8 de septiembre, cuando se celebra el día de la Natividad de la Virgen María, y su santuario permanecerá abierto de par a par a todos los devotos.

Mientras tanto, la Santa Iglesia Catedral, este jueves, acoge la solemne eucaristía presidida por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y en torno a las ocho y cuarto de la tarde la Virgen partirá en procesión de regreso hacia su santuario, con el acompañamiento musical de la banda del Maestro Tejera.

Encabezando el cortejo estará la banda Caído Fuensanta, que conmemora su décimo quinto aniversario. El capataz del paso de la Virgen es Juan Carlos Vidal. Cada año la Agrupación designa a algún capataz experimentado dentro de las cofradías de penitencia y gloria locales.

De nuevo este paso, que ya el año pasado se mostró completamente terminado, lucirá en todo su esplendor, con orfebrería de Emilio León, bordados de Francisco Mira e imaginería de Antonio Bernal, todos ellos de Córdoba. Los trabajos fueron pagados íntegramente por el Cabildo Catedral y bendecidos en la misa del pasado año.

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En el cortejo participarán representaciones de las cofradías de Córdoba para arropar a su patrona y la Virgen llevará de estreno una medalla donada por la Agrupación de Cofradías, que será bendecida por el obispo en la misa del jueves por la tarde.

El santuario renueva sus ecos de campanitas, de ofrendas florales, de leyendas en torno a su célebre caimán disecado, a sus miles de exvotos a la Virgen como prueba de agradecimientos y promesas cumplidas, con la juventud asegurando el futuro de la fiesta de mayor arraigo.