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La diversidad de las seis hermandades que componen la jornada puede admirarse tanto de día como de noche y con distintos matices

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La Virgen de la Caridad, durante su procesión de 2019 Roldán Serrano

Julia García Higueras

Córdoba

04/04/2023
Actualizado a las 13:10h.

De los viejos barrios a las anchas avenidas, de las cofradías que nacen entre torres antiguas a las que van buscando lugares alejados, el Martes Santo de Córdoba constituye una invitación a una tarde pletórica y a una noche para olvidarse de mirar el ... reloj ni pensar en si las hermandades se recogerán a su hora, pero ni un minuto más temprano de lo que deben.

Como el resto de las tardes de la Semana Santa, la del Martes Santo está marcada por la presencia de seis hermandades de carácter y condición muy diferente. La hermandad del Buen Suceso, como otras muchas de la jornada, tiene dos momentos de contraste y parece distinta de día y de noche.

Se pone en la calle cuando está recién inaugurado el Martes Santo y su salida siempre fue un clásico, pero tal vez hay que avanzar algunos metros hacia la plaza de la Magdalena.

Es uno de los rincones más hermosos del Casco Histórico, fue protagonista de la Semana Santa antigua y tal vez la imagen del Señor proceda de allí. A plena luz del día, poco antes de las seis de la tarde, es hermoso encontrar el misterio de la calle de la Amargura avanzando entre nazarenos rojos, y reparar en la Virgen de la Caridad.

Pero para muchos, el mejor momento es nocturno y en torno a la dolorosa. Cuando enfile la calle San Pablo, recién cumplida la medianoche, con la candelería encendida, muchos la seguirán emocionados sin perder detalle de sus ojos verdes.

Universitaria

Otro carácter trae la hermandad Universitaria, también en las primeras horas de la tarde. La fachada de la iglesia de San Rafael está andamiada este año, así que habrá que mejor buscar otro momento.

Por San Pedro, a una hora no muy distinta de la que vio morir a Cristo, impresionarán las heridas de la Sábana Santa que Miñarro llevó a la madera. Las cofradías de silencio, no obstante, impactan también de noche y al crucificado y la Virgen de la Presentación se les puede buscar ya de regreso. La estrechez de la calle Carlos Rubio, imposible para cofradías con pasos más grandes, puede ser una de las mejores opciones a las diez de la noche.

La cofradía del Císter sale a las 17.30 horas y muchos la esperan en la plaza de Capuchinos, que en ese momento se incorpora a la Semana Santa de Córdoba, porque su paisaje es esencia de la fiesta por derecho propio.

El Señor de la Sangre y la Virgen de los Ángeles pasan luego por el antiguo convento de la Concepción, donde se fundó la cofradía, y es un momento hermoso. Para los amantes de la noche, el regreso por la calle de la Feria y Carbonell y Morand, entre las diez y las once de la noche, también tiene instantes culminantes.

Recomendación

Los dos pasos de la hermandad de la Agonía se pueden admirar entre los naranjos de la calle Amador de los Ríos

Desde hace unos años la hermandad de la Agonía sale de la Santa Iglesia Catedral para regresar a su barrio del Naranjo. Entre los naranjos de Amador de los Ríos, florecidos de azahar en este año, puede ser un buen momento para encontrarse con el crucificado y con la Virgen de la Salud.

Los hay más clásicos, que recuerdan aquellas Madrugadas ya de Miércoles Santo en que la cofradía regresaba por anchas avenidas. La subida por Fuente de la Salud, ya a medianoche y con el aire de cofradía que disfruta de sus últimos metros, aunque esos últimos sean bastantes, es todo un clásico.

Estará en la calle el Prendimiento a las seis y media de la tarde, y lo hará desde el patio del colegio de los Salesianos por primera vez, a la espera de que se construya su casa de hermandad.

Hay que verla con San Lorenzo al lado, como toda la vida, o buscando pletórica la carrera oficial por la calle Alfonso XII. Los que quieran apurar la jornada tienen una cita con su entrada, hacia las dos de la madrugada, siempre muy popular y arropada.

La última en salir será la hermandad de la Santa Faz, este año con el destacado estreno del manto bordado en oro sobre tercipelo azul plomo de la Virgen de la Trinidad.

Será a partir de las siete de la tarde de la parroquia de la Trinidad y no habrá que perderse el tránsito por un lugar que se ha revelado con encanto: el paseo de la Victoria, cuando la luz se filtra a través de los árboles. La vuelta por la calle Barroso y la plaza de San Juan, por la medianoche, también está repleta de belleza.