Pasión en Córdoba

La Divina Pastora de la Vera-Cruz de Córdoba, la dulce guía del fiel rebaño

Las calles del Campo de la Verdad, engalanadas para la ocasión, reciben a la titular de gloria de la archicofradía

La procesión de la Divina Pastora de la Vera-Cruz: hora, detalles y recorrido

La Divina Pastora de las Almas, por las calles del Campo de la Verdad, este domingo por la mañana L. M.

La Divina Pastora de las Almas se convirtió este domingo por la mañana en la guía de su fiel rebaño de devotos e hizo del Campo de la Verdad una verde pradera en la que estalló la primavera.

La titular letífica de la archicofradía de la Vera-Cruz ... recibió el fervor popular de los vecinos de este barrio, en el marco de unas calles engalanadas con primor y esmero por los integrantes del grupo joven.

La Virgen se mostró muy enjoyada, con su granado detrás. El tiempo acompañó con cielo azul y temperaturas primaverales al principio que luego fueron más frescas y otoñales. La Reina de las Almas brilló en su risco y ante su granado natural.

Procesión matinal Numerosos vecinos y jóvenes acompañaron a la Divina Pastora de las Almas durante su salida de este domingo por las calles del Campo de la Verdad engalanadas con colgaduras L. M.

Rosas, tulipanes y claveles de una gama de colores muy diversa, entre otras especies, adornaron y dieron movimiento y carácter silvestre a su paso procesional.

La banda de música de la Esperanza, que acompaña desde el año 2010 a esta imagen que realizó Miguel Ángel González Jurado, interpretó un variado programa de marchas dedicadas a esta advocación en concreto, a su archicofradía y otras de corte clásico.

De la parroquia de San José y Espíritu Santo partió la Divina Pastora vestida con terno burdeos y azul pavo. Esta vez se mostró sin pamela (situada en el risco), pero con blondas y mantillas alrededor del rostro y una corona de flores sobre las sienes.

En la trasera del paso había un cántaro y una cesta de mimbre con granadas. El risco llevaba musgo, ericas, suculentas, cactus, siempreviva, lentisco, olivo y campánulas.

En la calle Infante don Juan Manuel, junto a la casa de hermandad de la Vera-Cruz, la recibió un cielo de colgaduras azules, una intensa lluvia de pétalos y el sonido de petardos.

Después le cantaron por sevillanas y los músicos le entonaron el himno de una marcha dedicada al Dulce Nombre. Una vez volvió a caminar sonó 'Pasan los campanilleros'. Fue una jornada en la que el cortejo se llenó de juventud.

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