Historia
Devoción, predicaciones y rogativas: la devoción al Señor de la Pasión de Córdoba en sus primeros siglos
El Nazareno de San Basilio fue titular de una cofradía barroca desaparecida en el siglo XIX
La cofradía de la Pasión inicia gestiones para tener una casa de hermandad más cerca de San Basilio
El Señor de la Pasión, el Miércoles Santo en su estación de penitencia
Hoy llaman la atención la belleza de las imágenes y pasos, la música y el andar costalero, pero en otros tiempos eran atractivas también las predicaciones por la elocuencia de quienes tomaban la palabra. La historia de las antiguas cofradías de Córdoba está ... llena de ejemplos y uno es el de la antigua cofradía de la Paz, que estuvo en el convento de San Basilio.
Como ha investigado el profesor Juan Aranda Doncel, la cofradía ya existía en el año 1615, impulsada por los monjes basilios, que se acababan de establecer en el barrio del Alcázar Viejo. Debió de nacer muy poco antes, en los primeros años del siglo XVII.
Salía con una imagen de Jesús Nazareno, el actual Señor de la Pasión, además de San Juan Evangelista, Cristo Crucificado y una Dolorosa, quizá la que hoy se venera como Virgen del Amor. El nombre de cofradía de la Paz es por la veneración a la imagen de gloria que sigue presidiendo el retablo mayor.
El Padre Borrego
Aranda Doncel no ha localizado el día en que salía en Semana Santa, quizá el Miércoles o Jueves Santos, pero sí recuerda que su mayor esplendor fue con el impulso del sacerdote Juan Agustín Borrego (Posadas, 1690-Córdoba, 1757), miembro de la comunidad de basilios.
No sólo impulsó el camarín barroco de la Virgen de la Paz, sino que trabajó por la devoción al Señor de la Pasión. Hubo varias procesiones extraordinarias, y una de las más recordadas fue la que se hizo en rogativas por la lluvia el Viernes de Dolores de 1734. El Alcázar Viejo era barrio de hortelanos y campesinos.
El Señor fue al Camposanto de los Mártires y allí se congregó la multitud para escuchar a un sacerdote con justa fama de gran predicador. Se subió a un púlpito, junto al Señor, y desde allí le seguía mucha gente, tanto en el espacio abierto como en los balcones.
Su don de palabra fue muy conmovedor para los asistentes, según se recoge en las crónicas. Desde entonces muchos conocían al Señor de la Pasión como el Nazareno del Padre Borrego.
Eran los mejores años de la cofradía, que comenzó a perder fuerza con la supresión de los disciplinantes en 1771. En 1819 un informe la daba por perdida desde veinte años atrás, aunque pudo recuperarse en los años siguientes.
Los titulares de la cofradía de la Pasión, en su templo
Sin demasiado éxito, eso sí, porque las sucesivas exclaustraciones, la última en 1835, provocaron la desaparición de la cofradía. Para entonces los monjes ya no estaban y la iglesia era la parroquia que se llama de Nuestra Señora de la Paz, aunque todo el mundo la conozca como de San Basilio.
Quedó la devoción al Señor, que aumentó con su nueva cofradía. En 1939 nació la nueva hermandad, que dio su nueva advocación de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y retomó el testigo de una historia que entonces se conocía menos, pero que un hunde su historia en las raíces barrocas de la Semana Santa.
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