Historia
Costaleros entre faeneros: cuando el modelo sevillano comenzó a entrar en la Semana Santa de Córdoba
José Gálvez, Ramón López y las cuadrillas de la Buena Muerte trajeron el modelo hispalense a la ciudad
Muere Antonio Sáez, último testigo de la gran saga de capataces profesionales de la Semana Santa
Ramón López Fernández, al frente del paso de la Virgen de la Piedad en su primera salida, el Martes Santo de 1959
El Miércoles Santo de 1945 la Virgen de la Paz y Esperanza recorría las calles en una de sus primeras estaciones de penitencia y lo hacía a hombros de faeneros, que dirigía Monroy. En la presidencia figuraba el secretario de la hermandad, ... José Gálvez Galocha, un inspector de Policía que había nacido en 1916 en el barrio sevillano de Triana y que conocía la forma de andar de los pasos en su ciudad. No sólo como espectador, sino también por el trabajo de su tío, el capataz Curro Galocha.
Al que luego todo el mundo llamó Don José Gálvez no le parecía bien la forma en que andaba el paso de palio, que iba chocando con los árboles, y decidió tomar el mando de la situación. Literalmente: sustituyó al capataz. No sólo eso, sino que trajo formas nuevas.
Los pasos de entonces no tenían llamador, sino que se levantaban y bajaban a la voz, y el de la Paz no era una excepción. José Gálvez utilizó para llamar su placa de policía y utilizó los términos que había escuchado en Sevilla. La historia la cuenta Francisco José Mellado Lucena en el capítulo 'Cuando el andar se hace arta' del libro 'La Pasión de Córdoba', publicado por la editorial Tartessos a finales del siglo XX.
Por primera vez se mandaba a una cuadrilla como se hacía en la capital andaluza. Quedaba tiempo para que fuese general, pero las cosas cambiaban. A partir de entonces, la hermandad animó a José Gálvez a hacerse capataz y no sólo estuvo al frente del paso de su Virgen de la Paz, sino también de la Esperanza.
José Gálvez Galocha conduce el paso de la Virgen de la Paz por el Patio de los Naranjos en los primeros años 60
Por aquellos años, la hermandad de la Buena Muerte vivía sus primeros años y utilizó todas las coordenadas estéticas y sociales propias de las hermandades de Sevilla. Ahí se incluía la forma de llevar los pasos.
Ensayos
La cuadrilla cordobesa de los Sáez, que tantos pasos llevó en aquellos años, debía ensayar en el patio de la Colegiata de San Hipólito ante los miembros de la Junta de Gobierno, que corregía lo que fuese necesario. También fueron cuadrillas y capataces directamente desde Sevilla.
Así sucedió en 1951, para llevar a la Reina de los Mártires en su primera salida. Se contrató a un grupo liderado por Manuel Milla, relacionado con la prestigiosa dinastía de los Ariza.
También trabajó Manuel Bejarano hasta que entre 1958 y 1960 la cofradía confió en José Gálvez Galocha. Desde entonces volvieron las cuadrillas de costaleros sevillanos, que lo hicieron hasta la década de 1970, cuando nació una nueva época. Un vídeo del Nodo muestra a la Virgen andando de costero a costero.
También pionero en aquellos años fue Ramón López Fernández, que había nacido en Sevilla en 1933 y vivía en Córdoba desde 1954. Amaba a las cofradías de su ciudad y en 1959 fue el primer capataz de la Virgen de la Piedad, titular de la entonces joven hermandad del Prendimiento.
Estuvo al mando de una cuadrilla de los Sáez y gustó su estilo sevillano, que mantuvo hasta 1971 con mucho movimiento de los varales y un estilo muy del gusto del público. También usaba el léxico sevillano y distribuía a sus hombres en X bajo el paso, según el mismo texto. Marcó la forma de andar del paso de Virgen en aquellos Mrtes Santos.
Fueron los pioneros hasta que en la década de 1970, con el nacimiento del fenómeno de los llamados hermanos costaleros y las nuevas formas de ciertas cuadrillas, como la del Císter, los viejos faeneros dejaron su lugar a los nuevos costaleros.
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