Tras la solemne función en honor de María Santísima de la Paz y Esperanza Coronada, se bendijo el nuevo manto para la Virgen. Esta pieza va a juego con la saya del grupo de devotos por la coronación, con diseño y ejecución de ... Rafael Jódar, hermano de la cofradía y vestidor de la Virgen.
Se trata de una donación de la familia Fernández-Poyatos. El boceto de este manto de vistas se dio a conocer el 23 de marzo de 2019. Los símbolos de la pureza de María, el carisma franciscano, la coronación pontificia, la Iglesia y la ciudad de Córdoba no faltan en la prenda.
El manto va bordado en plata fina y está concebido con una filacteria perimetral que lo rodea en la totalidad de su contorno. Entrelaza ramas de olivo y rosas sin espinas (en referencia al milagro de San Francisco en la Porciúncula).
Unas cartelas albergan las armas del Papa Francisco y el escudo del obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. Las azucenas, presentes en las letanías marianas y alusivas a la pureza de la Virgen, y las ramas de olivo son los principales motivos ornamentales.
Parte trasera del nuevo manto de vistas
Hermandad Paz
La parte trasera está presidida por el escudo de Córdoba y salpicada de ramilletes de olivo unidos por lazos dispuestos de forma armónica. El consiliario, fray Francisco Martínez, fue el encargado de su bendición en la iglesia de Capuchinos.
El hermano mayor, Enrique Aguilar, y Rafael Jódar, junto al boceto del diseño del manto, en 2019
Roldán Serrano
El manto se conjunta con la saya que el grupo de devotos ofrendó a la Virgen por la coronación al terminar la misa del 83 aniversario de la bendición de la imagen, en septiembre del año pasado.
La saya se realizó en hilos de oro, plata y sedas sobre terciopelo beige siguiendo las líneas del manto de coronación. Ramas de olivo, en alusión a la advocación de la Paz, azucenas por la pureza de María y la Inmaculada Concepción, patrona de la Orden Franciscana, y rosas sin espinas conforman el dibujo principal.
El corpiño muestra como original simbología el Cordero místico en el vientre de la Virgen, por la advocación de Esperanza, la Madre de Dios como primer templo y sagrario de Cristo.
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