«Si buscáis a María nunca os vais a ir con las manos vacías», pregona las glorias el padre Manuel García en Córdoba

Noticia Relacionada

Fotos: el pregón de las glorias de fray Manuel García y el cartel de David Payán, en el Teatro Góngora

rafael carmona

El religioso trinitario anuncia el nuevo tiempo que se abre en la ciudad

La gloria fue algo más que una palabra, porque cantó a la alegría de la Pascua que acaba de comenzar y a la Virgen María. Por eso empezó con versos a la Virgen: «¿Qué tiene tu rostro que cuando te miro todas mis penas quitas?».

Noticia Relacionada

Fotos: el pregón de las glorias de fray Manuel García y el cartel de David Payán, en el Teatro Góngora

rafael carmona

El religioso trinitario anuncia el nuevo tiempo que se abre en la ciudad

Por eso tras gritar que el sepulcro de Cristo estaba vacío porque el Señor ha resucitado, comenzó a recorrer la ciudad con las devociones de este tiempo, cada una con su acento propio, comenzando por Linares y San Álvaro.

Ahora María es la Madre, según el encargo de Jesús a San Juan en la cruz, y en primavera «en la primera mujer cordobesa, que con su belleza engalana y resplandece en todos los altares de las iglesias».

Por ahí recordó todas las advocaciones, de Araceli a María Auxiliadora y de Villaviciosa a San Rafael, sin olvidar, como buen jiennense, a la Virgen de la Cabeza, a la Morenita.

Con el Rocío y su largo camino habló del rosario, de la Virgen del Carmen y de la del Tránsito. En las procesiones de gloria incluyó al Corpus, «donde Dios mismo sale a nuestro encuentro»: «Cristo necesita salir del sagrario y el hombre necesita salir de sí mismo para encontrarlo».

Habló con emoción de la Virgen de la Fuensanta, que «sonríe viendo cómo su Niño quiere irse contigo, y que cada vez que la visitamos, ese Niño quiere saltar del camarín para venirse a tus brazos y a los míos».

Elogió en el pregón cómo los padres transmiten la devoción a sus hijos y también los saludos de las devotas a la Virgen del Socorro todos los días, «de mujer a mujer, de madre a madre, de vecina a vecina».

Fue su intervención alabanza del esfuerzo de los rocieros o de historia de la Virgen de Villaviciosa, y hasta de aquellas que no tienen hermandad, pero sí devoción, como la de los Remedios de San Lorenzo, y también del trabajo humano de las corporaciones.

Sus palabras estuvieron dedicadas a sus «dos madres del cielo». Aseguró que «la oración más grandiosa es la de una madre. Porque ora y reza con el corazón, y lleno de amor llega hasta el punto de ofrecer su vida por sus hijos», cantó el religioso, que no olvidó a San Rafael, al que «no hay cordobés que no invoque, ni enfermo que no lo aclame, pues es remedio seguro para aquel que lo llame». Es también «la savia que vitaliza nuestro encuentro con el Dios del amor».

La frase «Córdoba es mariana» fue un leitmotiv repetido y quiso que la ciudad se parezca a los pueblos, «que se brindan enteros y salen a la calle para no dejar a sus glorias». Así podrían volver a salir la Virgen del Buen Suceso del Juramento o la del Tránsito de San Agustín, la 'Virgen de Allá'.

Invitó a los que lo escuchaban a subir a un camarín de la Virgen, como del del Carmen o el de Linares. El milagro, dijo, no es que la Virgen quite las cruces, sino que no deja a nadie solo. Como le dijo el hermano mayor de Puerta Nueva: «Cuando yo voy a ver a la Virgen, me pongo delante y la miro y sabe por lo que voy».

Fue una de las muchas historias humanas, como la de un niño de cuatro años al que la Virgen de Acá curó de sus convulsiones. «Si buscáis a María nunca os vais a ir con las manos vacías», resumió antes de relatar la historia de cómo un rosario que había estado en Andújar con la Virgen de la Cabeza curó a una recién nacida a la que daban por muerta.

Hubo un momento para los cantos de una tuna y terminó con sentidos versos dedicados a la Virgen y a la ciudad: «Porque no tiene que envidiar a nadie, / ni buscar bellezas insuperables, / que Córdoba tiene un Arcángel, / que nos dice con voz suave y penetrante / ¡Despierta y abre los ojos, tierra mía! / ¡Que tú eres gloria / porque tienes a María!».

El fraile trinitario (nacido en Villanueva del Arzobispo, Jaén, en 1984) fue durante tres años custodio del santuario de la Virgen de la Cabeza en Sierra Morena. Estudió Filosofía y Teología en la Facultad de Teología de Granada y cuenta con una extensa trayectoria de pregones y exaltaciones en muchos puntos de Andalucía.

Como primer destino tuvo la comunidad de Sevilla y el 21 de octubre hará tres años de su estancia en Córdoba, que le han servido para empaparse de la realidad devocional cordobesa, como dejó patente en sus palabras.

Antes estuvo en Algeciras como capellán de la prisión de máxima seguridad y delegado episcopal de pastoral penitencia de Cádiz y Ceuta. Desde muy temprana edad sintió la vocación de la vida consagrada, con 13 años.

La hermandad del Rescatado le obsequió al padre Manuel las pastas de cuero repujado para el pregón personalizadas y realizadas por Meryan Córdoba para este día tan especial.

Durante el acto desarrollado en el Teatro Góngora, se dio a conocer el cartel de las glorias, bajo el prisma del artista plástico de Cantillana David Payán. Mucho color y vistosidad e impacto, fiel a su estilo para la obra de este año, con el protagonismo para Nuestra Señora de la Fuensanta y una referencia al triunfo de San Rafael de Verdiguier de la Puerta del Puente y la torre de la Catedral.

Se trata de un cartel «muy alegre, un canto a la primavera muy directo», a juicio de su creador. La obra original va en papel encolado en tabla y pintado al óleo, con la que Payán aporta un punto de vista más expresivo que no se queda en cómo el ojo humano ve la realidad.

Payán ha expuesto su obra en muestras colectivas en España y en Italia, y recibido premios en la Bienal de Venecia, el Certamen de Creación Joven de Sevilla y la Fundación Cajasol.

Su estilo pictórico se centra en la estética figurativa con la abstracción. Y el color y la composición son sus grandes bazas. Ilustró la Semana de Pasión de Huelva en 2020 y el cartel de la archicofraía de Nuestra Señora del Carmen de San Cayetano de Córdoba ese mismo año.

De este trabajo y de estancias anteriores ya conocía las glorias cordobesas, por lo que no le ha resultado complejo abordar este tema, reconoce. Partió de varias ideas distintas y fue encaminándolo.

El musical fue otro de los tres platos fuertes de la jornada, con la presencia de la banda de la Esperanza, que deleitó con un programa de cuatro marchas: 'Dulce Nombre de Jesús', de Pedro Morales Muñoz; 'Tránsito, Flor de Nácar', dedicada a la Virgen del barrio de San Basilio y estrenada el año 2021, por la joven compositora cordobesa María José Amaro Luque. Fue la primera vez que la interpreta esta formación.

Le siguieron 'Cordobesita', de Ramón Medina arreglada para banda por el recordado Luis Bedmar; y 'Morenita y Pequeñita', pasodoble-canción dedicado a la Virgen de la Cabeza, obra de Miguel Rivera de la Rosa con letra de José María Gallo. Todo ello con la dirección de Alfonso Lozano.