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Pasión en Córdoba

El beso atemporal de Córdoba a la Virgen de los Dolores

La hermandad dispone en besamanos a la Señora de Córdoba con el manto de los Dragones y la saya roja, junto al Cristo de la Clemencia en el altar del santuario

Viernes Santo en Córdoba, la Madre de la última despedida

Devotos besan la mano de Nuestra Señora de los Dolores, el domingo 18 de mayo, en el santuario Valerio Merino
Julia García Higueras

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La Virgen de los Dolores tiene el poder de hacer girar el tiempo a su alrededor, pero cuando llega la hora de verla tan cerca, en besamanos, parece que los instantes se quedaran congelados y siempre fuera ese momento.

Muy próximo en el recuerdo estaba este tipo de veneración, que se vivió en mayo de 2023, por lo que el domingo fue un feliz reencuentro con sólo dos años de diferencia.

El pueblo de Córdoba acudió en masa el Viernes de Dolores a rezarle y a llenar el templo y la plaza de Capuchinos esperando en largas colas siguiendo la tradición, mientras la Virgen reinaba desde su camarín. También multitudinario fue el admirarla en las calles en toda su belleza el Viernes Santo.

En contraste, este fin de semana de mayo la Virgen aguardaba en la intimidad de la iglesia, en una atmósfera distinta, rodeada de dulces besos infantiles, en el jubiloso tiempo de Pascua, entre grandes rosas blancas, calas y hortensias.

Otros muchos besos llegaban desde la madurez de la vida y desde el emocionado gesto de reverencia con los ojos llenos de lágrimas por el sufrimiento que sólo cada uno sabe y guarda.

Como siempre ocurre, el rezo es por los presentes y por los ausentes, los que formaron este crisol de devoción décadas atrás, los que no pueden estar aunque se acercan en la distancia con el alma, y por el más tierno futuro que anda cercano junto a las imágenes, mientras suena la 'Lacrimosa', del 'Requiem' de Mozart.

Excepcional es como se muestra este sábado y domingo la Señora de Córdoba luciendo el Manto de las Palomas y la saya roja compañera, ambas piezas del año 1897, diseñadas por Ángel Redel, piezas revolucionarias y emblemáticas en su momento y aún hoy. En los últimos besamanos llevó el de los Dragones y había que remontarse al año 2000 para recordarla con ese mismo atuendo.

Sigue la estética de algunas fotos antiguas, en su pecho no lleva corazón, sino un largo puñal de pedrería, como anuncia la profecía de Simeón, es algo que sólo ocurre una vez al año, como ilustra el hermano mayor, José María Herrero, por los Dolores gloriosos de María.

La querida Madre de todos los cordobeses lleva las joyas de las grandes ocasiones, todas ofrendas de amor y fe. El broche de Redel, rosetas de plata, el gran collar, la corona de espinas en la mano, el collar de perlas del grupo joven como signo de que la juventud es el futuro, anillos de plata, la pulsera de esmeraldas, la diadema de Ansorena y la corona de coronación en sus sienes.

La imagen se ha dispuesto sobre la peana de orfebrería del palio que tuvo en la década de 1860, que sólo salió a las calles unos pocos años, y se emplea para algunos besamanos. A la derecha el Cristo de la Clemencia en besapiés, con la cruz dispuesta en el faldón del paso de la Virgen.

El altar se articula con los respiraderos frontal y trasero y las ochavas del paso procesional de la Virgen. El exorno floral giró en torno a las hortensias en variados colores, calas y rodas, con toques de espigas de trigo.

Es una tradición de menos bulla que la del Viernes de Dolores porque no sucede cada año, sino normalmente los años acabados en cero y en cinco los que marcan esta veneración popular, aunque ha habido excepciones, como la de 2002, que pasó a 2023 por la pandemia de Covid.

También un cariz muy especial tiene el poder besar al Crucificado obra de Ruiz Olmos, pues hacía veinte añosque la hermandad no disponía junto a Ella al Cristo de la Clemencia en besapiés.

Es algo que figura en los estatutos, que ambos se dispongan, y así lo ha querido hacer la cofradía para recalcar que vive dos conmemoraciones históricas: a los 60 años de la coronación recordados el 9 de mayo se suman los 50 años de la proclamación del pueblo de Córdoba como hermano de honor, en junio.

Próxima salida

También la participación en el Vía Crucis Magno 'Córdoba, Vía Sacra de Occidente' el 11 de octubre resaltará esa última efemérides, junto con la celebración de una misa solemne que se desarrollará en el último tramo del año 2025 con la presencia de la Corporación municipal.

Las dos imágenes estuvieron el sábado en veneración y no cesó el goteo incesante de devotos participando, sobre todo por la tarde, algo que es posible todavía durante todo este domingo, hasta las dos de la tarde, y después de 16.00 a 21.00, con la celebración de una misa a las 19.30 horas.

En la década de los años 70 la cofradía instauró los besamanos cada cinco años, por lo que siempre tienen un matiz extraordinario que sucede cada mucho tiempo. El primero del que se tiene constancia fue el Lunes Santo de 1949. Si se mantiene la cadencia temporal habitual, el próximo besamanos será dentro de cinco años.

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