Pasión en Córdoba
Antonio Santiago (médico y capataz): «Los costaleros hacen que parezca que las imágenes andan, pero no son los protagonistas»
Pronuncia en Córdoba una conferencia sobre la prevención de lesiones en quienes portan pasos de Semana Santa
El esfuerzo de los costaleros y la prevención de lesiones, a estudio en unas jornadas en el Círculo de la Amistad de Córdoba
Antonio Santiago, médico y capataz de cofradías de Sevilla
Antonio Santiago Muñoz (Sevilla, 1957), doctor en Medicina y Cirugía, y capataz de cofradías de Sevilla, ofreció el lunes en Córdoba la cuarta y última conferencia de las jornadas sobre las 'Claves de la prevención de lesiones, posturas corporales y técnicas a adoptar ... del costalero/a para el transporte correcto de cargas'.
El salón Julio Romero de Torres acogió la cita promovida por el Aula de la Salud y el Deporte del Real Círculo de la Amistad y la hermandad de la Sentencia.
En Sevilla Antonio Santiago es capataz de las cuadrillas de Misión, de la hermandad de San José Obrero, el paso de palio del Subterráneo, las Penas, Estudiantes, Cristo de Burgos, Sagrada Mortaja y Resurrección.
A esa nómina hay que añadir el Santo Entierro de Dos Hermanas y catorce hermandades de gloria, entre los meses de mayo y diciembre, entre ellas la Asunción de Cantillana. También guio en el pasado a los costaleros de la Macarena y la Paz.
-¿Qué avances hay para prevenir lesiones de los costaleros? ¿Cómo se pueden evitar los daños?
-La prevención comporta dos aspectos importantes: por un lado, la mejoría física que debe tener un costalero a la hora de meterse debajo de un paso, (tener la masa muscular y las articulaciones en buen estado) y la otra parte, que es donde quizá me entretengo yo, que es de qué manera la mejoría en la técnica a la hora de hacer el trabajo puede prevenir las lesiones. Cuanto mejor conozcamos el oficio y la manera en la que hay que trabajar, las posibilidades de prevención son mucho mayores.
-¿Los costaleros tienen conciencia de la importancia de estas cuestiones?
-Entiendo que debería ser así. Lo lógico es que se preocupen y sepan lo que tienen que hacer. Si uno se va a meter debajo de un paso, lo lógico es que uno se prepara físicamente bien, sobre todo, si se tiene un trabajo sedentario y no se hace ninguna actividad física. Hay otra gente que por iniciativa propia tiene siempre un buen estado físico porque está todo el año cuidándose. Esto que parece que es lo normal no todo el mundo tiene la prevención de mejorar su estado de salud.
-Es cierto que es una tarea que suelen afrontar en la juventud y no siempre piensan en qué pasará después al cabo de los años si no lo hacen bien, ¿no?
-La verdad es que sí. Afortunadamente, las lesiones agudas que aparecen de una forma rápida no suelen suceder. Y las lesiones que aparecen en general son crónicas a lo largo de los años, después de muchos años de haber sacado pasos. De todas las más frecuentes son las lumbalgias, pero pueden aparecer también cervicalgias, parestesias en los brazos, en las piernas.
Permanencia
«Mientras la salud me dé una tregua quiero seguir siendo capataz. Es el sitio donde creo que más puedo aportar a la Semana Santa»
-¿Son las mismas lesiones las de los costaleros que las de las costaleras?
-No he tenido mujeres costaleras a mis órdenes, pero las lesiones deben de ser similares porque el trabajo es similar. Puede haber alguna faceta de diferenciación con el varón, por ejemplo, a la hora de ponerse una faja, porque las mujeres normalmente tienen las caderas más anchas que los hombres y la colocación de la faja es distinta.
-El doctor Manuel Guillén del Castillo habló en la ponencia inaugural de que los costaleros son atletas de alto rendimiento, ¿lo comparte?
-Pienso que sí porque son esfuerzos de máxima tensión y, además, en poco tiempo. Como el atleta que tiene que correr los 100 metros, pero también a su vez se le pide que esa máxima tensión en poco tiempo sea perdurable a lo largo de siete, ocho o nueve horas, depende del tiempo que esté la cofradía en la calle. Está acertada esa afirmación de que un costalero es un atleta.
-En Córdoba hay un gran boom de costaleros, a las igualás acuden muchísimos aspirantes en los últimos años, ¿a qué cree que se debe?
-Lo que conozco de Sevilla es que llevamos dos décadas y media con este boom. La Semana Santa en Sevilla y la Semana Santa en general se ha convertido en un acto con una proyección social muy imbricada en las tradiciones de nuestros pueblos, de los andaluces, y que está llegando a escalas de gente más joven que quiere meterse debajo de los pasos. También los medios de comunicación, como usted y yo estamos hablando ahora mismo. Hace 40 años no pasaba que le hicieran una entrevista a un capataz en un diario porque va a dar una charla. Es que no había charlas, es que ha cambiado todo, y eso favorece que haya mucha atención a estos temas.
-Usted apuesta por que los costaleros dan realce a las imágenes, pero discrepa de que se crean protagonistas absolutos de lo que pasa en la calle.
-Así es. Esta Semana Santa nuestra, la andaluza, cada vez se está exportando más fuera de Andalucía. La Andalucía Occidental era distinta de la Oriental, que estaba muy influenciada por la de Murcia. Y ahora mismo la Semana Santa oriental está totalmente imbuida ahora de la occidental: la de Sevilla, Córdoba... Pero en general la Semana Santa al estilo de la de Sevilla, por decirlo de alguna manera, se está universalizando. Y esto pasa porque las imágenes de la Semana Santa tienen una cosa importantísima: las imágenes son muy bonitas, pero yo digo que las de Zamora también son preciosas. Pero ¿qué diferencia hay entre una y otra? Que aquí en Córdoba le transmitimos vida a las imágenes, da la sensación como que las imágenes andan por las calles. Pongo un ejemplo. En Sevilla cuando la Virgen de la Esperanza Macarena va por la calle parece que va a salir andando del paso. Y el Señor del Gran Poder cuando va por la calle, parece que va andando solo, pero, pero eso no es así. Parece que van andando gracias a los costaleros, y eso gusta. Y eso, que es así y por eso se exporta es un filo de una navaja muy finito, porque hay alguno que va debajo del paso y se piense que el protagonista es él. Y no, no. Los protagonistas van arriba de los pasos, y la gente tiene que saber que lo que pasa detrás de un faldón queda anónimo.
-Ha dicho en anteriores ocasiones que la trabajadera iguala todos, sean de la extracción social o laboral que sean, ¿lo constata aún?
-Afortunadamente, debajo de los pasos acude gente de toda clase, condición y eso hace que en la misma trabajadera haya gente con formación universitaria o un trabajo de ejecutivo, y otros con más acción técnica. Al final, todos van debajo, unidos haciendo lo mismo y la trabajadera los iguala, nunca mejor dicho.
-Lleva toda la vida como capataz, ¿en algún momento se le pasa por la cabeza darse un plazo para dejar esta función?
-No, no. Pienso algunas veces que yo soy como el general Custer, que yo quiero morir con las botas puestas. Mientras que la salud nos dé una tregua yo quiero estar ahí. Creo que es el sitio donde más puedo aportar a la Semana Santa.
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