La colaboración con la Escuela de Arte Mateo Inurria se traducirá en que el Museo Diocesano cederá cada curso académico diferentes piezas para su estudio y para realizar prácticas de técnicas de restauración.
El acuerdo, que durará dos años, aunque puede ser renovable más allá de ese plazo, supone un «beneficio y bien común, y nace y tiene por objetivo el bien general y de ambas partes, sin que exista fin lucrativo ninguno», según detalla en un comunicado la diócesis.
El convenio lo firmaron el vicario general, Jesús Daniel Alonso, y el director de la Escuela de Arte Mateo Inurria, Miguel Carlos Clementson, con la presencia de varios profesores y la directora del espacio expositivo, María José Muñoz.
El número de alumnos que estarán en prácticas está por determinar, según los matriculados cada curso en concreto, como explicó el profesor Jorge Domínguez.
Los responsables del museo y la escuela seleccionarán el número y el tipo de piezas que resulten más adecuadas, pues serán manipuladas por el alumnado con la supervisión del profesor. Los criterios y normas de restauración seguirán en todo momento los estudios y cartas en vigor.
Las obras escogidas no serán de primer nivel, ni de autores muy reconocidos, ni tampoco piezas catalogadas como Bien de Interés Cultural (BIC).
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