En el camino, los animales son lo primero

«En mi caso, el caballo está antes que yo», reconoce el hermano mayor de la hermandad del Rocío de Córdoba, Bernabé Jiménez, que explica que en 2015 han partido unos 20 caballos de la hermandad, «aunque luego se sumarán algunos más», matiza. Explica que su hermandad nunca ha tenido problemas con el cuidado de los animales, ya que se extreman las precauciones, para que se sientan cómodos y no sufran en las largas jornadas de travesía.

Bernabé reconoce que existen casos de maltrato animal, aunque asegura que provienen «de gente que va por libre», al margen de las hermandades que participan en la romería. Sostiene que las hermandades organizan y aconsejan a través de reuniones previas antes de partir sobre el cuidado del animal durante el camino, para así garantizar la salubridad de los equinos en la peregrinación.

En años tan calurosos como este, la hermandad reconoce que se extreman los cuidados, aumentando las comidas, el agua y las duchas, aunque dependerá de las paradas y el calor de cada jornada. El polvo del camino es uno de los elementos que más pueden perjudicar, ya que es propenso a realizar rozaduras a los animales.

Ante posibles accidentes, a muchas hermandades les acompañan un veterinario. En el caso de la hermandad cordobesa, su hermano mayor explica que cuando no los acompañan «está estipulado tener números de contactos dependiendo de la provincia por donde pasemos», por lo que conocen de forma exhaustiva el procedimiento a seguir en el caso de alguna incidencia.