La alegre monotonía del camino más largo

Aún no han llegado a los paisajes cargados de caminosde tierra, arroyos y aire limpio. El suelo aún es de alquitrán y la carretera se extiende a lo largo de Córdoba en dirección a Écija. El segundo de los nueve días de camino que tiene que realizar la hermandad del Rocío de Córdoba ha servido a los romeros para avanzar un largo trecho y disfrutar, por fín, del viaje, la alegría de los rocieros y de instantes muy esperados.

Mientras muchos avanzaban por la carretera en sus carriolas, otros hermanos cogían un autocar en el hotel Eurostar Palace para unirse al grupo. Muchos de ellos eran del grupo joven, estudiantes que marcharon al camino nada más terminar las clases. Y fue este nutrido grupo de jóvenes rocieros quienes tomaron protagonismo durante el segundo día de camino.

Entre todos organizaron la primera velá rociera que viven los romeros desde que van camino de Almonte. De este modo y una vez que el grupo paró, ya por la noche, los jóvenes valores de la hermandad velaron durante toda la noche al Simpecado del Rocío. Y así se vive el Rocío, en comunidad y con un marcado carácter religioso.

La segunda pará del camino tuvo lugar en Fuentecubierta, muy cerca de La Carlota, donde el grupo descansó para emprender con fuerza el camino que les lleve este sábado hasta Écija, en el tercer día de viaje.